Entrevista a la artista Clara Cebrián

Conocimos el trabajo de la joven artista madrileña Clara Cebrián el año pasado, gracias a una exposición de We Collect. Y nos enamoramos de su arte. Cebrián combina en su trabajo pintura, dibujo, collage, animación y arte digital, creando su propio lenguaje de una manera muy peculiar.
A Clara le interesa le interesan los temas concretos y específicos que tienen como punto de partida aspectos de la cotidianidad que son accesibles a todo tipo de personas: «las profesiones, la geografía, las patatas en bolsa, los barcos a motor…». Clara es misterio, genio y energía. Seguid leyendo porque esta artista dará mucho que hablar.


Autodefinición
Cuando pinto, pintora.
¿Qué querías ser de pequeña?
Quería trabajar en una cadena de montaje de una fábrica. En el libro de «Charlie y la fábrica de chocolate» el padre trabajaba enroscando las tapas de pastas de dientes, y me parecía algo muy apetecible.
El trabajo repetitivo y la producción masiva me daba mucho gusto como idea.
Aunque pirata o panadera también estaban en la lista de posibles profesiones si no me iba bien en la fábrica.
¿Cómo se hace una artista?
No pienso que ser artista es algo que se sea o se deje de ser, así tan definido, como quien es cirujano. Claramente se es o no se es cirujano, pero no se puede ser cirujano a ratitos.
Conozco a gente que es muy artista pero no se consideran como tales. Trabajan en oficinas o en supermercados, o simplemente no tienen la motivación para materializar las ideas increíbles que me cuentan.
Conozco a artistas que solo lo son, por que son muy organizados, y dominan el arte de rellenar solicitudes para becas artísticas, pero a mí me parecen mejores burócratas que artistas.
En mi caso, no siento que pueda dar como un hecho que soy artista.
Sufro del síndrome del impostor, y cada vez que me proponen una exposición pienso: ¡están locos! Se creen que sé lo que estoy haciendo.
MADE IN CHINA es el resultado de un viaje inspirador a China que te llevó a crear una serie de pinturas abstractas. ¿Qué puedes contarnos al respecto?
Aquel viaje a china fue muy especial, realmente conocí una nueva manera de viajar.
Fue muy parecido al sentimiento de confinamiento actual, con la diferencia de que no había virus aún. Por lo que fue un confinamiento 100% voluntario y yo era la única confinada.
Estar atrapada en un estudio me permitió no tener tantos estímulos exteriores, y recorrer todo el catálogo que ya conocía y que existía en mi memoria: los restaurantes de fin de semana con parking, los telefonillos, una canción de salsa que descubrí en Bogotá, una cena a la que no fui, un día que me perdí por la M-30…
En china descubrí que existían cosas infinitas sobre las que pintar.
¿Cuál es tu principal motivación a la hora de crear?
Tengo mucha energía. Bueno, eso suena demasiado muy bien, como un adjetivo que describiría a un líder político o algo así.
Pero lo que me pasa a mí es diferente. Es una energía que no focalizo muy bien, y sale disparada así como hacia todas las direcciones.
Pintar, hacer animaciones o cualquier actividad que dé un resultado más o menos tangible, me hace feliz. Me hace sentir que toda esa combustión de energía y tiempo a lo loco se convierte en algo, como un cuadro.
Muchos días, son muchos cuadros. Los puedo ordenar junto a la pared y mirar desde lejos y sentir que hice algo con todo ese tiempo.
Además de la pintura, ¿has trabajado con otras disciplinas artísticas? ¿te gustaría explorar con alguna?
Sí. Esto de ser pintora es muy nuevo para mí. Durante años solo hacía animación, y me sigue encantando, porque es mi cosa favorita.
También me encanta hacer cerámica, y productos textiles. Pero como cambio mucho de lugar de trabajo… la pintura y la animación es lo más fácil para un estudio provisional, y para poder guardar en la maleta.
Un proyecto que nos fascina es tu casa, la cual ha sido concebida por tu amiga, la arquitecta española Pia Mendaro. Se trataba de un antiguo almacén al que habéis llamado «Topo’s Shed». ¿Cómo surgió esta colaboración? ¿Qué tal se vive en esa plataforma semi-colgante, y en un espacio tan diáfano e inspirador? ¿Fue fácil dar con la idea y trabajar juntas?
Conocí a Pia Mendaro con once años, cuando empecé a veranear en un bosque en l’Ampurdà. No teníamos nada de pandilla de veraneo. Y claro, odié a mis padres durante años por aquella decisión.
Como no había nada que hacer, Pia y yo nos inventábamos lo que fuera. Yo siempre había suspendido muchísimas asignaturas, y Pia que era una estudiante excelente hacía mis deberes a cambio de que le cocinara recetas inventadas.
Somos lo opuesto, pero nos gusta lo mismo. Son como dos caminos muy distintos para llegar al mismo pueblo.
No es el primer proyecto que hacemos juntas. Dibujamos a mano un vídeo musical animado para Erlend Oye (durante otro agosto infinito en el bosque).
Da igual lo que hagamos juntas… desde un vídeo, muebles, casas, o preparar el aperitivo, me resulta muy natural hacer proyectos con Pia.
En 2013 finalizaste un BA en Graphic Media Design for Interactive and Moving Image en el London College of Communications, ¿crees que es necesaria la formación continua para poder evolucionar como artista?
Pues depende a lo que se llame «formación».
No creo que haya que ir a la Universidad o hacer ningún curso para evolucionar como artista.
Pero sí que hay que estar rodeada de gente de la que puedas aprender, y tener herramientas a mano para hacer lo que te imaginas. Y sí que es verdad que la Universidad a veces puede ofrecer esas dos cosas.
De todos modos, también creo que las puedes encontrar por otros caminos.
Has asegurado que te gusta trabajar sobre temas concretos y específicos que tienen como punto de partida aspectos de la cotidianidad que son accesibles a todo tipo de personas. ¿Es tu forma de aproximarte al mundo?
Son los temas en los que estoy interesada personalmente. Las cosas que tengo muy cerca, las profesiones, la geografía, las patatas en bolsa, los barcos a motor…
Me parece imposible representar «lo grande»: estos temas así universales, como el amor, la muerte…
Me gustaría conseguir representar lo grande a través de lo pequeño.
¿Qué tal estás viviendo este confinamiento?
¡Feliz! He tenido tanta suerte que me da vergüenza contarlo. Estoy atrapada Baja California. ¡Es un lugar increíble!
¿En qué estás trabajando en estos momentos?
Nuevos cuadros.
Artistas de todos los tiempos a los que admires, te hayan influenciado o no.
El Bosco, Leonora Carrigton y Bad Bunny.
Un libro, una peli, una canción y un lugar que te inspiren especialmente
Libro: «Instrucciones para Fracasar mejor» de Miguel Albero Suarez.
Canción: «Caracas Night September 11, 1975» de Jon Hassel
Peli: «Habemus papam» de Nanni Moretti
Si mañana nos dijesen que ya podemos salir a la calle con seguridad y que podemos volver a relacionarnos con los demás como antes, ¿qué sería lo primero que harías?
Chuparle la cara a algún desconocido.
Un deseo que no sea secreto
Cantar bien.
(*) Fotos: cortesía de Clara Cebrián by Amalia Wakonigg. Primera foto del slider: Fernando Valentí. Segunda foto del slider: Manuel Ocaña. Foto del cuadro rosa con el fantasma: Manolo Fermín.
Deja un comentario