Osona Artimur, cuando el arte urbano se desarrolla en un contexto rural

Osona Artimur es un festival de arte urbano organizado por el Consell Comarcal de Osona y su Departamento de Turismo y llevada a cabo por Transit Projectes. Se trata de una iniciativa curada por B-Murals.


En el mismo participan 19 artistas de la escena internacional (Francia, Alemania, Argentina, Irlanda, Italia, Chile…) y local, que han creado nuevos murales e intervenciones artísticas en las paredes de cinco pueblos de la comarca de Barcelona.
“Buscamos producir retratos identitarios de los pueblos sin perder de vista una aproximación contemporánea y novedosa.”
En este contexto rural, los murales y el «art al carrer» (arte en la calle) se erigen como una bandera de identidad, tradición e innovación. Y el propósito no ha sido otro que el de crear una nueva línea de valor patrimonial en cinco pueblos rurales de la zona: Prats de Lluçanès, Manlleu, Sant Julià de Vilatorta, Sant Bartomeu del Grau y Alpens.
B-Murals se han encargó de la curaduría y realización del festival Osona Artimur, donde 19 artistas intervinieron las calles de Osona, acompañados por un extenso equipo de producción, ayudantes, runners, fotógrafos, etc para llevar a cabo un total de 19 acciones en el espacio público.
La programación reunió nombres destacados del panorama muralista internacional, artistas ya conocidos del arte contemporáneo español y creadores locales emergentes seleccionados por convocatoria abierta o a través de procesos participativos con las comunidades locales como Wedo Goas, Jan Vallverdú, Luogo Comune, Isaac Cordal, Alberto Montes, Marta Lapeña, Sergi Bastida, Ana Barriga, Daniel Muñoz, Mateu Targa, Twee Muizen, Eloise Gillow, Chu Doma, Zosen, Alessia Innocenti, Zoer, Satone, Rosh o Nano4814.
“Este proyecto pionero plantea preguntas en torno al street art y su contexto de desarrollo: por ejemplo, ¿los pueblos pueden constituir un escenario idóneo para la práctica del arte urbano?”
Lo cierto es que ir a buscar paredes extra-muros se plantea como una solución alternativa para artistas y programadores ante el horizonte bloqueado de la capital catalana. Las normativas de estética arquitectónica, las pocas localizaciones autorizadas y la fuerte competencia dificultan la producción de eventos de envergadura de estas características en el contexto urbano barcelonés.
“El muralismo puede abrir espacios de debate en torno a la tradición y el arte en los pueblos.”
Sin más, lo que está claro es que el festival Osona Artimur ha abierto nuevos horizontes para el arte en el contexto rural catalán y los cinco pueblos voluntarios de esta edición dan un paso al frente para liderar el camino.
Larga vida a iniciativas como esta.
(*) Fotos by Monika Pufflerova & Fer Alcalá.
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