Entrevista a la periodista y escritora Marta D. Riezu

Marta D. Riezu (Terrassa, 1979) es una periodista especializada en comunicación de moda para cabeceras como Elle, Vanity Fair, El País, Glamour o El Mundo, entre otras, y la autora de dos libros de culto. El primero, «Agua y Jabón. Apuntes sobre elegancia Involuntaria» (2021), es un compendio de reflexiones que ella misma define de la siguiente manera: «un manual amateur donde importa más la emoción que el miedo a hacer el ridículo. Todo lo que admiro, lo grito a los cuatro vientos. Es un ejercicio de gratitud»; y el segundo, «La moda justa. Una invitación a vestir con ética» (2021), es un ensayo consciente y crítico, en el que nos invita a reflexionar sobre nuestras elecciones a la hora de vestir. Ambos son muy recomendables. Del que fue su debut literario, la editorial Terranova hizo una única y bellísima edición de 1500 ejemplares que se agotaron en prácticamente dos meses, a pesar de que afortunadamente Anagrama se encargó de su reedición en 2022.

Con ella hablamos sobre estas dos publicaciones así como sobre su profesión, su forma de consumir o sus referentes e influencias, entre otros asuntos. Pasen y lean.

¿Qué tres adjetivos te definen?

Constante, directa, solitaria.

¿Qué querías ser de mayor cuando eras pequeña?

Nunca he pensado en mi vida a largo plazo. Creo que más que centrarte te puede podar alguna inclinación inesperada.

“Prefiero trabajar bien y dejar que eso construya un camino más o menos coherente.”

De pequeña estudiaba con muchas ganas, estaba atenta a la educación de mis padres, intentaba rodearme de buenos amigos y tenía la esperanza (inconsciente) de que todo eso me llevase hacia algún camino concreto. Lo de imaginarse en diez o veinte años me suena ingenuo.

¿Cuándo descubriste que querías ser periodista?

No me gusta el periodismo entendido como una tribuna para el ego: «Dejadme que os cuente…». Si el nombre queda en segundo plano y el tema implica investigar en sitios poco trillados (fuera de internet), entonces sí. Una redacción es una oficina, y la oficina es el origen de muchos males.

“Me interesan las personas, lo que tienen que decir y lo que se puede aprender de ellas. Si eso es periodismo, doy por buena la vocación.”

¿Cómo fueron tus inicios y cómo recuerdas tu experiencia de más de una década con el periodista y coleccionista Felipe Salgado?

Empecé a escribir artículos en revistas con diecinueve años, y por azar fui virando más hacia la moda que a otras áreas. Solo me interesaba una cierta moda; la moda de las tendencias y las tiendas iba por otro lado. Conocí a Felipe a través de un texto muy breve que él leyó, me contactó y trabajamos juntos once años. Aprendí muchísimo.

“Trabajar mano a mano con alguien inteligente – solos los dos – te da una visión privilegiada de la naturaleza humana.”

Has asegurado que «la elegancia es tratar bien a los demás», y no podemos estar más de acuerdo. De hecho, es algo que forma parte de tu personalidad y que nosotros hemos comprobado en primera persona. ¿Por qué crees, sin embargo, que la amabilidad, la sencillez, “no ir de nada” y los buenos modales han perdido fuelle?

Bueno, ojo, tengo una mala leche considerable. Si en una cola te cuelas por jeta, o cruzas por la acera con el patín como una exhalación, o tiras un papel al suelo o pateas a una paloma voy a ir a por ti y ahí no hay elegancia que valga. Ahí yo iría a por ti con un lanzallamas de mochila.

“Para vivir en civilización debes observar y respetar al otro. Si no eres capaz, vete al campo a una casa aislada y que no te sufra nadie.”

Se nos plantea mal: vivimos en comunidad y hay que aguantar al otro. No, no, es al contrario: cuanto más apretujados, más considerados. Respecto a tu pregunta: todo empieza en casa. Conforma en gran medida lo que seremos.

¿Cuándo empezaste a cuestionarte la moda y la fast-fashion? ¿En qué momento tomaste consciencia y decidiste promover un cambio?

Cuanta más información fui teniendo —a través del periodismo y de mi trabajo— más vi el escenario de cartón piedra. Hay mentiras, intereses, cinismo, marketing y disimulo.

“La verdad es adictiva, y no tiene marcha atrás.”

Tu debut literario fue «Agua y jabón», que es un libro magnífico que tú misma has definido como «un manual amateur donde importa más la emoción que el miedo a hacer el ridículo. Todo lo que admiro lo grito a los cuatro vientos. Es un ejercicio de gratitud.» ¿Imaginaste en algún momento que iba a tener tanto éxito y que se convertiría en un libro de cabecera? Por cierto, la edición de Terranova es maravillosa. Solo imprimieron 1.500 ejemplares de este título y volaron en dos meses… ¿No tienen planeado volver a editarla?

Bueno, fue un microéxito en círculos muy específicos, que es exactamente a los que quería llegar porque yo soy una esnob cateta, así que bien. Muy feliz, por lo inesperado de la situación. Terranova hace tiradas limitadas, sin excepciones, y ese es su encanto.

Asimismo, formar parte de la colección Compactos de la editorial Anagrama es todo un triunfo. ¿Cómo surgió la colaboración con esta editorial? ¿Cómo te sientes al compartir espacio con grandes de la literatura como Carver, Fante, Martín Gaite, Bolaño, Capote o Nothomb?

Cuando supieron que no se iba a reeditar, me escribieron y lo hablamos con calma durante meses para hacer las cosas bien. Pensé que quizá el libro ya había hecho su camino y no tenía sentido reeditarlo. Pero quisimos probar, y vista la acogida me alegro mucho de haberlo hecho. Todo ha sido gracias al boca a boca.

“Lo de compartir editorial con esos autores míticos es un espejismo, vivimos en el mismo chalet de madera suizo pero ellos son la mesa del comedor y yo soy una tuerca de la ventana.”

Tu libro «La moda justa», de la colección Nuevos Cuadernos de Anagrama, es una reflexión sobre la ética de lo que vestimos. Y de nuevo, ha sido un éxito. ¡Enhorabuena! ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

Es un encargo que surge de la editorial, en una serie de lecturas breves que hablan de asuntos de actualidad.

El objetivo es equilibrar el debate del presente con ideas que no caducarán en décadas, en este caso concreto en nuestra eleción diaria del atuendo: qué hay detrás de nuestra ropa, qué implica el consumo, elegir bien, conocer mejor las materias primas, cuidar y usar todo hasta que se haga polvo de tan amortizado, etc.

¿Cómo vives el proceso de escribir un libro?

No hay proceso; es todo caos, improvisación, instinto y párrafos a salto de mata.

“No soy nada solemne con los rituales creativos, hay demasiadas cosas que atender en la vida real.”

El modelo de producción en el sector de la moda es objetivamente indefendible, ya que como sabemos está basado en la explotación de personas, animales y naturaleza. Pero, como dice la campaña de Wallapop, «Lo hecho, hecho está». Podemos crear otras dinámicas y modelos. ¿Crees que, en general, las marcas están por la labor o se trata en muchas ocasiones de greenwashing para conseguir pertenecer a este movimiento y contentar así a la sociedad?

Muchas empezaron porque tocaba, sin convencimiento ni rigor alguno, y han visto que cada vez se les ve más el plumero y pueden quedar expuestas, así que creo que irán depurando sus tácticas, su comunicación y espero que su cadena de producción. Sigue habiendo mucha palabrería, pero también hay pequeñas marcas a las que lo correcto les sale solo, porque está en sus valores como ser humano. No necesitan montar estrategias complejas, solo establecen lazos con quien les parece fiable y honesto.

¿Podrías decirnos el nombre de una marca que sea ejemplar?

Teniendo en cuanta que no existe la perfección, diría: de fuera, Hermès; de aquí, Babaà. Ninguna de las dos me paga y ni siquiera las sigo en Instagram, lo que corrobora que el verdadero respeto siempre se da a una cierta distancia.

¿Dime cómo consumes y te diré cómo eres…?

Sin ninguna duda.

“Muéstrame tu resguardo mensual de la visa y te haré una lectura completa de las cosas en las que crees, lo que te aterra, lo que te condiciona y lo que te consuela.”

Marcas como Nudie Jeans promueven la reparación de la ropa en lugar de promover la compra masiva de ella. ¿Crees que la cultura de la reparación podría extenderse y convertirse en una tendencia?

Nudie Jeans lo primero que tiene que hacer es encargar a un diseñador gráfico otro logo. El ofrecimiento de la reparación es una iniciativa loable, pero los vaqueros son una de las prendas con el proceso de producción más tóxico. Da igual si el algodón es orgánico (otro día hablamos del algodón «orgánico», si quieres).

¿Para cuando una etiqueta global que explique el proceso y la procedencia de las prendas para que el consumidor esté informado realmente de lo que compra, tal y como sucede en la industria alimentaria?

No lo veo posible. En las auditorías y consultorías hay demasiados intereses en juego, y distintos puntos de vista y raseros. Lo inaceptable para mí es no-tan-malo para otros. Los sueldos, las leyes de residuos, el trato a los animales, las diferentes formas de gobierno, todo lo que ocurre en segundo término a escondidas… es imposiblemente complejo.

Otro aspecto preocupante es el precio. Hay marcas sostenibles cuyos precios no pueden permitirse la mayoría, y de ahí que proliferen market places como Shein y compañía, donde la variedad y sobre todo el precio son la panacea. ¿Cuándo crees que la sostenibilidad en moda será transversal y todos podremos acceder a ella?

Creo que una parte nada menor del éxito de Shein es su oferta de tallas. La calidad – dicho por quienes la compran – es nefasta.

Creo que hay marcas sostenibles y asequibles, y parece sospechoso que uno no pueda ahorrar 80€ para una camiseta que le durará diez años o más, pero sí gaste ese mismo dinero en tres prendas que no valen para nada. Prioridades y (auto)educación.

¿Qué opinas del fenómeno influencers de moda?

“Prefiero alguien respetado a alguien admirado.”

Para eso tienes que aportar algo más sólido que unas cuantas fotitos bien hechas, o una colección de ropa dudosa. Algunos tienen un mensaje razonado, interesante y articulado, y pueden hacer mucho bien con su altavoz; otros son mera fachada, apariencia y ambición. Con esos no hay que perder un segundo.

¿Cuáles son tus principales referentes e influencias?

Me fío de mis pocos amigos, mi familia, mi pareja y de sabios que llevan mucho tiempo muertos y dejaron escritas sus ideas. También de algunos vivos, pero prefiero no mencionarlos, en los afectos es mejor ser discretísimo.

Tu perfil de IG es interesante y nos encanta lo que compartes. ¿Qué papel ocupan las redes sociales en tu vida?

Muchas gracias.

“Como no hago presentaciones ni charlas ni mesas redondas ni podcasts ni nada parecido porque no me gusta, instagram hace las veces de punto de encuentro y posible diálogo”

Me resulta útil, pero intento no pasar mucho tiempo haciendo el tonto ahí. Hago un papel un poco provocador, pero es todo tontorrón e inocente, soy consciente de la imagen algo pedante que se proyecta, me cachondeo y juego con ella. La gran mayoría de personas son muy educadas y aprendo muchísimo, los capullos son cuatro y me dan mucha ternura.

Tengo también LinkedIn, pero no me parece un lugar para la sociabilidad.

Recomiéndanos un libro, una peli o serie y una canción o grupo de música que hayas descubierto recientemente.

Libro: el que acaba de editar Superflua sobre una de las mejores periodistas de moda de este país, Silvia Alexandrovitch. Tiene una mirada descreída y culta, me cae muy bien.

Películas: estoy volviendo a ver todo lo que puedo de Pasolini, porque creo que en su día no entendí la mitad. Films recientes: «El agua» de Elena López Riera me pareció muy especial, me incomodó, me picó la curiosidad.

Música: «Flamenco. Mausoleo de Celebración, Amor y Muerte» de Niño de Elche.

(*) Foto de portada proporcionada por Marta D. Riezu.

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