
La Parcela, la novela de Simón Partal sobre el amor radical como redención
Alejandro Simón Partal (26 de julio de 1983, Estepona) es escritor, poeta y doctor en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Como investigador está vinculado a la Universidad de Salamanca, y su labor se centra en el estudio la obra de poetas contemporáneos. Su proyecto «La carencia de Eros: felicidad en el medio siglo» ha obtenido la XXII Beca de Investigación Literaria Miguel Fernández 2016 (Ciudad de Melilla) y su publicación por la UNED.
Aunque en esta ocasión vamos a recomendaros su última novela, lo cierto es que su obra incluye los poemarios «El guiño de la Chatarra» (2010), «Nódulo Noir» (2012) y «Los himnos abdominales» (2015), todos ellos publicados por la Editorial Renacimiento, así como el ensayo «A cuerpo gentil: belleza y deporte en la poesía de González Iglesias» (Visor, 2017). También ha colaborado en diversos medios como El Estado Mental, El País y Diario de Sevilla, entre otros.
En 2017 obtuvo el XXXVIII Premio de Poesía Arcipreste de Hita con su obra «La fuerza viva» (Pre-Textos, 2017). Y este año ha sido el ganador del premio Cálamo «La Otra Mirada 2021» por su primera novela «La Parcela» (Caballo de Troya).
Dicho esto, esta misma semana tuvimos la oportunidad de conocerle en el último evento de Cooltural Plans, que tuvo lugar en Vinology, y la verdad es que fue una delicia escucharle mientras contestaba a las preguntas sobre su vida y obra, y cuando recitó alguno de sus poemas. Simón Partal es una persona cautivadora sin proponérselo. Un tipo inteligentísimo, nada pretencioso, con mirada de niño, altura de jugador de baloncesto y una sonrisa tímida que deja entrever su complejo mundo interior. Simón Partal ha sido todo un descubrimiento para nosotros, ya que además de deleitarnos con su libro, tiene la capacidad de poner las palabras exactas a asuntos de la vida, que tan difícil resulta definir y constatar.
La Parcela
Sin querer haceros spoiler, os avanzamos que se trata ante todo de una historia de amor entre un profesor y un refugiado sirio, quienes se conocen en escampo de refugiados más grande de Europa, al que deciden llamar «La Jungla». De hecho, él ha investigado y residido en Etopia, y aunque confesó que no ha vivido esta historia en concreto, el libro es autobiográfico.
“Esta historia nace en 2015, cuando a mí me destinan a trabajar al norte de Francia. El germen de novela es autobiográfico, y coincidió con un momento personal de desgarro, porque mi padre estaba muy enfermo.”
Esta historia de amor que Simón Partal relata es conflictiva, a veces cruel, pero ante todo es un alegato al AMOR en mayúsculas, a pesar de las dificultades y más allá del componente romántico.
“Los dos viven situaciones de frustración, y el amor hace añicos esas desigualdades. La Parcela es una novela de amor al género humano.”
Y justo esto queda más que patente en la misma. Porque a pesar de que los prejuicios revolotean constantemente en esta historia y fuera de ella – que levante la mano quien, sin tan siquiera proponérselo, no le han surgido ante una situación de este tipo -, lo que consigue es demostrarnos que a pesar de su existencia, el amor se cuela por sus rendijas, desgastando este tipo de creencias tan férreas, que en muchos casos ni siquiera somos conscientes de que las tenemos.
“Aunque en la novela hay contenido político y social, de lo que va realmente es de personajes que se encuentran y se necesitan.”
Como os decíamos al inicio, «La Parcela» es ante todo y sobre todo una historia de amor, y todo lo que eso significa. Un equilibrio desequilibrado por momentos, ya que es prácticamente imposible que las personas involucradas en una relación amorosa estén exactamente en las mismas condiciones que la otra persona. Y es que por más amor que haya, siempre hay una desigualdad.
“La única forma de conseguir amar y estar en el mundo en paz es saciarnos de alguna manera en algún momento. Porque nuestro infantilismo, nuestras prisas, nuestra necesidad de euforia vienen de una insatisfacción perpetua.”
Otro de los aspectos que plantea es la fe como camino ante una vida carente de certezas, y donde la incertidumbre es lo único que nos hace avanzar. Por eso, Simón Partal pone en la palestra la fe, pero dejándola abierta a cualquier posible creencia.
Asimismo, el libro cuestiona las fronteras y las diferencias de origen y de necesidades, y cómo estas pueden romperse a través del amor y del deseo. Y también plantea situaciones arriesgadas, buscando y logrando no caer en estereotipos y proponiendo una mistura compleja pero real, donde hay dos ingredientes clave: la compasión y la perseverancia.
“Las parcelas son los espacios que nos habitan y que habitamos, también los espacios interiores que tenemos.”
«La Parcela» agita y escuece, ya que ahonda sobre asuntos con los que es muy fácil que podamos identificarnos. Y uno de ellos es la enfermedad. Un tema que a él le ha marcado mucho debido a la enfermedad y posterior muerte de su padre hace apenas unos meses.
“Me interesa la intensidad de la vida que da la enfermedad. El dolor es lo que no se puede soportar. Pero si no lo tienes, y estás enfermo sacas cosas de tu vida, te despojas y decides vivirla con más libertad, yendo a la esencia y sin perder el tiempo.”
Porque como muy bien él dice, aunque suene fuerte, la enfermedad consigue que te olvides de metas que en realidad no aportan nada, y te hace fijarte en el camino, dejando en la cuneta objetivos que condicionan en exceso nuestra existencia.
Sin más, os recomendamos muchísimo la lectura de «La Parcela». Deja poso, te abre los ojos y te recuerda cuál es la esencia de la vida.
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