BEEF, la gran serie producida por A24 donde la ira es el detonador…

Aunque estamos en abril, ya podemos decir que «Beef» (en España la han traducido como «Bronca») es una de las mejores series de la primera mitad del año y nuestra favorita.

Esta serie, fruto de una alianza entre Netflix y el multipremiado estudio A24, cuenta con un montaje frenético y una muy buena cinematografía. Ha sido creada por Lee Sung Jin y está protagonizada por Steven Yeun y Ali Wong. Por el momento, esta fascinante comedia negra que encierra un gran cantidad de lecciones vitales, cuenta con 10 episodios (ojalá fuesen más), y cada uno de ellos tiene diferentes cartelas de apertura con títulos que parecen sacados de las típicas galletas chinas de la fortuna, y que además van acompañados de evocadoras imágenes artísticas de David Choe (que a su vez interpreta a Isaac, ¡el primo de los hermanos Cho!) y de música creada por Bobby Krlic (también conocido como The Haxan Cloak): «Los pájaros no cantan, chillan de dolor»; «El rapto de estar vivo»; «Estoy habitado por un grito»; «Pero no todos a la vez»; «Esas criaturas secretas interiores»; «Dibujamos un círculo mágico»; «Soy una jaula»; «El drama de la elección original»; «El gran fabricante» y «Figuras de luz». «Beef» tiene un 100% en Rotten Tomatoes por parte de los críticos.

“La ira es como el fuego; no se puede apagar sino al primer chispazo. Después es tarde.” Giovanni Papini

El punto de partida de «Beef» es la bronca que surge tras un simple incidente de tráfico entre dos extraños, un contratista fracasado y una empresaria decepcionada y angustiada. Sin embargo, este hecho desata la ira de ambos, mostrando su lado más oscuro y su ferviente rencor, causado, en definitiva, por su frustración. Algo que iremos descubriendo a medida que vaya avanzando la serie.

“Beef retrata a la perfección las consecuencias de no saber controlar nuestra ira, fruto del estrés de la vida diaria, entre otras cosas.”

La trama de este historia se centra en las vidas de los dos personajes principales: Amy Lau, una empresaria que ha trabajado muy duro para crear su negocio y que está obsesionada con poder vender su empresa para ser rica y tener más tiempo para dedicárselo a su familia, y Danny Cho, un contratista que no logra conseguir nada de lo que se propone y que no para de verse torpedeado por circunstancias desfavorables que le impiden prosperar. Estos dos personajes, a primera vista antagónicos, se enzarzarán en un laberinto de odio, furia y venganza sin límites. Es evidente que ambos provienen de mundos diferentes, pero la ira que subyace en cada uno de ellos por motivos distintos cohesionan en un punto en común: los dos quieren conseguir el éxito a toda costa…

“El nivel de ofuscamiento y su sed de venganza es tal, que además de no ser capaces de controlar sus emociones más oscuras, la vida de ambos queda totalmente eclipsada por el afán de arruinar la vida del otro.”

Uno de los temas a reflexionar y que esta serie pone sobre la palestra es qué cosas estaríamos dispuestos a sacrificar para lograr nuestros sueños. Sobre todo teniendo en cuenta que nada ni nadie puede garantizarnos que, tras ese esfuerzo que implica muchas renuncias, luego vayamos a recibir todo aquello que deseábamos. Al menos, de la misma manera que lo habíamos imaginado. Food for thought.

De hecho, algo así es lo que sucede en «Beef» y muchas veces también en la vida. Nos marcamos objetivos muy altos, vamos a por ellos no matter what, renunciando a pasar tiempo con las personas que queremos o a nuestro cuidado y bienestar, y todo ello porque creemos que esos logros nos aportarán la felicidad que tanto ansiamos. Pero lo que sucede en algunos casos es que una vez alcanzada tan dura cima… nos sentimos igual o peor, ya que lo material no lleno el vacío interior.

Como podréis comprobar, este asunto forma parte de la columna vertebral de la serie, en la que sus increíbles protagonistas, Amy Lau (Ali Wong) y Danny Cho (Steven Yeun), nos demuestran en sus propias carnes que el éxito económico no es sinónimo de felicidad ni de satisfacción.

Los traumas no gestionados siempre acaban llamando a la puerta…

Otro punto a favor en «Beef» es cómo va desgranando las historias personales de los dos personajes protagonistas, desde el momento actual hasta sus infancias, en las que, como se puede ver, ninguno de los dos era muy feliz… Este gesto es esencial para humanizarlos más si cabe y para empatizar con ambos, dejando los juicios a un lado y sintiendo compasión por ellos. Y es que los traumas infantiles dejan una gran lacra en nuestras vidas, y por ello es necesario repararlos para convertirnos en adultos sanos, psicológicamente hablando.

En este caso, Amy y Danny viven una vida donde la apariencia está en el centro de la ecuación. Los dos están frustrados con sus vidas, sus egos están heridos, viven anhelando una vida mejor, soterran sus frustraciones para simular que son felices y que las cosas van bien e idealizan la vida de los otros y su propia «potencial vida perfecta», en la que todos sus problemas estarán resueltos. Realmente no son capaces de ser ellos mismos y de vivir su vida tal y como son, ya que ambos están muertos de miedo. Temen perder, estar solos, fracasar, ser descartados, no ser queridos o que descubran sus debilidades… Un conjunto de pesares que se gestaron en sus infancias, cuando fueron vapuleados, repudiados, ignorados… y fueron incapaces de defenderse y de afrontar esas situaciones. De ahí que de esos lodos se haya ido alimentando esa ira, que en ambos casos brota para protegerse, pero de una manera totalmente descontrolada y enfermiza.

“Amy y Danny protagonizan un día de furia que parece no tener fin. Vienen de dos mundos diferentes pero en realidad son la cara de una misma moneda.”

Live your life at the fullest

Sin querer desvelaros mucho más… os recomendamos muchísimo que la veáis. Es absolutamente maravillosa. Sobre todo su último episodio, que es épico, y que nos recuerda que la vida es una y que la mejor decisión consiste en vivirla siendo nosotros mismos, sin replicar patrones tóxicos que nos limiten y nos hagan sufrir (¡Hola terapia!), sin estar condicionados por el que dirán o por las expectativas de los demás y sin una coraza excesivamente dura que nos proteja en exceso y que por ende nos impida vivir o sentir…

“Está brillantemente escrita, genialmente dirigida y cuenta con un excelente elenco de actores cuyas actuaciones son memorables.”

Disponible en Netflix.


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