The Residence Maldives at Dhigurah, un dream place en toda regla

Hace una semana y media estuvimos en las islas Maldivas. Un destino sobre el que todos tenemos una idea preconcebida aunque no hayamos estado, pero que no solo se desmonta en cuanto pones un pie en sus aguas de color azul turquesa y en su arena blanca sino que supera con creces cualquier expectativa posible. Y es que Maldivas es un dream place en toda regla. Un lugar paradisíaco sin parangón, donde el tiempo se detiene y la naturaleza salvaje te embriaga sobremanera.


Las islas Maldivas
Las Maldivas es un país que se encuentra en pleno Océano Índico, al sudoeste de Sri Lanka y a 450 km de la India, y que se compone de 1200 islas coralinas distribuidas en 26 grandes atolones, de las cuales 203 están habitadas.
Posee un clima tropical cálido y húmedo durante todo el año, con una temperatura media entre los 29 y 32ºC. La religión predominante y oficial es el Islam.
Las Maldivas: al menos una vez en la vida
Las Maldivas se asocian mucho como el viaje por excelencia al que mayoritariamente van recién casados, pero por su idiosincrasia se trata de un destino atractivo para cualquiera, sobre todo para los amantes de las aventuras. Es cierto que no es para todos los bolsillos, a pesar de que cada vez hay más ofertas tanto en vuelos como en alojamientos para poder disfrutar, al menos una vez en la vida, de un lugar tan increíble como este.
Bajo el mar…
Uno de los motivos por los que se trata de un lugar de ensueño es por su clima, sus aguas cristalinas, su arena blanca y suave, y su fondo marino multicolor.
Aquí habitan miles de especies de peces, mantasrayas, tiburones ballena y delfines, y es un lugar ideal para realizar deportes acuáticos.
Maldivas es el hogar de aproximadamente el 5 por ciento de los arrecifes del planeta.
La isla de Dhigurah
Nosotros nos alojamos en The Residence Maldives at Dhigurah ubicado en Dhigurah, una isla local de Maldivas en el Sur del atolón de South Ari.
Dhigurah significa «Long Island», ya que es la más larga del atolón y una de las más largas de Maldivas.
La longitud de la isla es de casi 4 km, el ancho es de 300 m. y por un lado puedes contemplar sus preciosos amaneceres y por el otro sus memorables atardeceres. Esta isla es mágica y tendréis stendhalazos de manera constante.
Debido a sus dimensiones, a pesar de estar en un resort, sentiréis que estáis prácticamente solos. La isla está llena de recodos increíbles, donde perderos mientras conectáis con vuestro niño interior y os quedáis embelesados jugando con los cangrejos de la orilla (hay muchísimos, sobre todo al atardecer. De todos los tamaños y colores), las caracolas y cualquier animal marino con el que os topéis (como tiburones… pero tranquilos, porque éstos son inofensivos).
En Dhigurah también hay murciélagos, pero al igual que los tiburones, no hacen nada. Solo comen bayas y les veréis volando y descansado en las palmeras.
The Residence Maldives at Dhigurah
Como os adelantábamos, nosotros nos alojamos en The Residence Maldives at Dhigurah y la verdad es que nuestra experiencia ha sido fantástica.
Este resort de cinco estrellas está conectado con otro resort de la misma cadena: The Residence Maldives at Falhumaafushi a través de un largo puente de madera que une las dos islas. Esta última es una isla virgen ubicada en el atolón Gaafu Alifu, considerado uno de los atolones más grandes y profundos del mundo.
Los paseos en bicicleta por el puente que une Dhigurah y Falhumaafushi, tanto de día como de noche, son inolvidables.
El hotel:
Lo primero que nos gustaría destacar es lo acogedor que es y lo bien integrado que está con el entorno. Eso eleva la experiencia y la hace más memorable si cabe.
Asimismo, entre las cosas que más nos han gustado destacamos las siguientes:
/La villa
Aunque hay diferentes estilos de villas, todas ellas son enormes y cuentan con todo lo necesario y más para que la estancia sea impecable. Todas tienen piscina privada, tumbonas y una hamaca colgante para siestas míticas, bañera y todo tipo de amenities. Sus camas son comodísimas, todas las villas están excelentemente insonorizadas y la distancia visual entre ellas también contribuye a esa sensación de estar en tu propia burbuja.
/Su oferta gastronómica
Entre The Residence Maldives at Dhigurah y The Residence Maldives at Falhumaafushi cuentan con seis restaurantes. Tienen dos The Dining Room donde ofrecen desayunos, comidas y cenas a base de platos muy variados de inspiración asiática, indios, maldivos e internacionales en formato buffet. ¡Todo está buenísimo!
También hay dos Beach clubs, uno en cada isla – el que está en Dhigurah se llama Café del Sol y ofrece platos de inspiración mediterránea, y el que está en Falhumaafushi tiene una carta más occidentalizada pero con reminiscencias asiáticas -.
Y por último, y por si esto fuera poco, disponen de dos restaurantes de alta cocina: uno se llama Li Bai, que ofrece una interpretación moderna de la cocina tradicional cantonesa, y otro se llama The Falhumaa, que se trata de un elegante restaurante de inspiración francesa ubicado sobre el agua, al final de un embarcadero de 230 metros de largo sobre el arrecife. Este es uno de los que tiene más éxito.
La oferta gastronómica de The Residence Maldives es excelente. Un viaje por los sentidos a través de bocados locales, hindúes, asiáticos e internacionales.
/Las bicis
Para moverte por las dos islas: Dhigurah y Falhumaafushi, en tu villa cuentas con dos bicicletas para que durante tu estancia sean tu medio de transporte. A nosotros nos encanta ir en bici, así que nos pareció una gran idea. De todos modos, si no queréis ir en bici, podéis ir andando o hacer uso de su servicio de buggies. Algunas distancias son largas, pero el entorno es impresionante.
/Las clases de yoga
Todas las mañanas y cuando cae el sol hay clases de yoga.
Nosotros practicamos tanto al amanecer como al atardecer y nos encantó. Son clases de nivel básico para que todo el mundo pueda acceder, y el aforo es muy reducido (hay que reservar con 24 h.). El espacio dedicado a esta práctica está en el Spa by Clarins. Las clases siempre concluyen con una meditación para relajar la mente, para que salgamos de allí prácticamente volando y como nuevos. Oooommmmmm…
/El spa by Clarins
El hotel cuenta con el primer y único Spa by Clarins en las Maldivas.
El spa consta de diferentes pabellones independientes «flotantes» y una peluquería. Ofrecen una amplia variedad de tratamientos holísticos, masajes reconfortantes y servicios de belleza para cuerpo y mente. Nosotros nos dimos un masaje en pareja y salimos flotando y felices. Son excelentes, así como sus tratamientos faciales.
También tienen una oferta de «retiros de bienestar» muy interesantes, que pueden durar entre 2 y 5 días. Un plan perfecto si lo que buscáis es una estancia centrada en el relax y el bienestar.
En los jardines del Spa by Clarins también hay un lugar dedicado a la reflexología. Se trata de un conjunto de círculos que conforman una diana hecha con piedras de diferentes formas y tamaños que para sentir el efecto deberéis recorrer con los pies descalzos. Al lado de este espacio hay un jardín y el gimnasio, apto para quienes hasta de vacaciones no puedan o no quieran dejar de ir.
/Las piscinas
Todas las villas cuentan con piscina privada para vuestro uso exclusivo y disfrute, pero además tienen dos infinity pools, que están ubicadas en sendos Beach Clubs. Después de un día de playa es genial hacerse unos largos o simplemente relajarse mientras os quedáis embobados ante sus preciosos atardeceres.
Y es que ya os advertimos que Maldivas es sinónimo de Zen. Cuando vayáis, comprobaréis como un mood de equilibrio y buen rollo os invadirá durante toda vuestra estancia. Su paisaje y el hecho de que esté tan lejos contribuyen a ello.
/Las actividades
Además de bañaros hasta que los dedos de vuestras manos parezcan pasas y de tostaros al sol maldivo, The Residence Maldives ofrece muchas actividades. Por supuesto, todo dependerá de lo que os apetezca hacer, pero lo bueno es que hay mucho dónde elegir. Estas son algunas de las más demandadas.
1. Ir en un barco tradicional maldivo, Dhoni, a avistar delfines
Hay prácticamente un 80% de posibilidades de verlos, ya que en esta zona hay muchos delfines nariz de botella y Spinners. Viajan en manadas formadas por entre cinco y quince delfines, que luego se fusionan con otras para formar una super manada que puede oscilar entre 50 y más de 100 delfines. Por ello, si os animáis a realizar esta actividad imperdible, cuando aparezcan… veréis a muchísimos de ellos. ¡Es una experiencia alucinante! Estos inteligentísimos mamíferos desfilarán y saltarán alrededor del barco mientras permanecéis atónitos o incluso os emocionáis. ¡Nosotros hasta vimos a uno de ellos hacer piruetas en el aire! Speechless.
2. Hacer submarinismo y/o esnórquel
Dhigurah está considerada entre las mejores islas de Maldivas para bucear, debido a su rica vida marina, donde destacan los tiburones ballena, las tortugas marinas, las mantarrayas, su variedad de peces de colores y los arrecifes de coral.
Si no os animáis con el submarinismo, podéis hacer esnórquel, tanto por los alrededores de la isla o mediante una excursión organizada. Os recomendamos que cuando hagáis esnórquel os llevéis una camiseta protectora para evitar quemaros.
3. Alquiler de motos de agua, canoas y kayaks
Una buena forma de explorar la isla es hacerlo con moto de agua o en una canoa o kayak. Por supuesto no os olvides del equipo de esnórquel para que la experiencia sea completa.
El esnórquel es la actividad por excelencia en Maldivas para poder disfrutar de sus fondos marinos.
4. Aprender a cocinar con un chef local
Una de las experiencias que más nos gustó es la de aprender a cocinar de la mano de un chef en el bonito huerto que tiene el resort y con los ingredientes que ellos mismos cultivan. Lo hicimos al aire libre en un espacio techado reservado para ello con vistas al huerto-jardín. Los platos que preparamos fueron un pescado al curry delicioso, una ensalada y un postre buenísimo y muy fresco con base de mango y coco. Lo mejor de todo fue la charla con el chef, quien nos compartió sus trucos y nos explicó los diferentes usos de las especias y hierbas con las que cocina habitualmente para darle ese toque tan especial a sus platos.
/El servicio
Todo el personal con el que nos relacionamos fue muy amable, cálido y eficiente. Son muy atentos y hacen que te sientas increíble. Además, nos enamoró que siempre nos saludaran poniéndose la mano en el corazón. No sabemos si es por la pandemia o es algo típico del país, pero sea como sea es un gesto muy bonito.
Información práctica
Mejor época para ir a Maldivas:
La mejor época es de noviembre a marzo/abril, ya que a partir de mayo empieza el monzón que se extiende hasta octubre y hay más probabilidad de lluvias.
De todos modos, las temperaturas son altas durante todo el año, un máximo de 32°C durante el día y por la noche no bajan más allá de 24/25°C.
Asimismo, también tenéis que saber que es muy difícil predecir el tiempo en estas islas. Nosotros disfrutamos de muy buen tiempo durante toda la semana, a pesar de que la app del móvil y todas las webs que consultamos pronosticaban lluvias con rayos y truenos…
Cómo llegar a Maldivas:
Hay diferentes compañías aéreas que van a este destino tan exclusivo y deseado. Nosotros viajamos con Qatar Airways, pero Iberia también es una opción. Nuestro viaje solo tuvo una escala en Doha de una hora a la ida y de dos a la vuelta y en horas de vuelo fueron unas siete.
Para llegar a Dhigurah, hay que coger un vuelo doméstico desde Malé. Salen dos al día y en una hora llegaréis al aeropuerto de Kooddoo-Viligili. Desde allí, una lancha rápida os llevará a The Residence Maldives at Dhigurah. El trayecto dura 10-15 minutos.
Entre unas cosas y otras, la verdad es que se trata de un viaje largo, pero que vale muchísimo la pena.
Imprescindibles en la maleta:
Como ya os podréis imaginar, no puede faltar crema solar, pero que sea waterproof, ya que os pasaréis gran parte del tiempo en el agua y es muy fácil que os queméis. También os recomendamos que os llevéis una camiseta que os proteja del sol, que os llevéis vuestro propio equipo de esnórquel (las aletas, que son lo que ocupa más, las podéis alquilar), un sombrero/gorra, unas gafas de sol, una cámara acuática o una funda que proteja a vuestro móvil bajo el agua, así como los medicamentos que toméis habitualmente o que creáis que podéis necesitar también.
En cuanto a la vestimenta, en los resorts no hay restricciones, pero sí que es importante que sepáis que es un país musulmán y que hacer topless o mostrar demasiado está mal visto. Es posible que en algunos restaurantes pidan que los hombres lleven pantalón largo.
Algunos consejos antes de viajar a Maldivas:
Teniendo en cuenta que estamos en época de Covid, es obligatorio estar vacunado y además presentar una PCR negativa – en The Residence Maldivas tienen un médico que se encargará de haceros las pruebas que necesitéis -, además de rellenar el formulario IMUGA (a la ida y a la vuelta) y el SpTH Spain Travel Health (solo a la vuelta).
/Vacunas: No hay ninguna obligatoria, pero se requiere un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla si se llega desde países infectados. No obstante, antes de viajar a Maldivas es recomendable consultar la web del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y la del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación para estar al día de posibles cambios en los requisitos relacionados con la salud y los visados.
/Divisa: La moneda local es la Rufiyaa de Maldivas (MVR), que se divide en 100 larees. Sin embargo, en los complejos hoteleros la moneda son los dólares estadounidenses. En los resorts no es necesario que vayáis con dinero en efectivo, ya que todo lo que consumes y no está dentro del pack que hayáis acordado os lo cargarán a la habitación, y el día que os vayáis saldaréis la cuenta y listo.
/Tarjetas de crédito: VISA, MasterCard, AMEX, JCB y China UnionPay.
/Electricidad: 220/240 voltios CA a 50 ciclos. Hay adaptadores internacionales disponibles bajo petición en los resorts.
Sin más, no podemos hacer otra cosa que recomendaros este destino. Como decíamos al inicio: al menos una vez en la vida. Es absolutamente impresionante y cuesta encontrar las palabras adecuadas para describir las sensaciones que produce estar en un paraje de estas características. Ver para creer.
(*) Fotos: Ely Sánchez y Cecilia Camacho. Foto delfines: Jess Loiterton.
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