La ciudad de tus sueños se llama Ámsterdam

Hace un par de semanas volví a Ámsterdam. Una ciudad que he visitado en muchas ocasiones, ya sea por trabajo o por ocio, y que una vez más me ha impactado por lo bella e inspiradora que es. Y es que Ámsterdam hay que visitarla más de una vez para poder sacarle todo el jugo y para disfrutar de lo muchísimo que tiene que ofrecer.

Esta vez me alojé en el emblemático Pulitzer Amsterdam, que se encuentra en Jordaan, uno de los barrios más cool del centro de la capital holandesa, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es producto de la adhesión de 25 casas de canal interconectadas, que datan de los siglos XVII y XVIII, y la verdad es que es una verdadera joya. Un lugar lleno de historia y de elementos arquitectónicos auténticos como sus techos con vigas de antaño, chimeneas y antigüedades, que a su vez se fusionan con impresionantes obras de arte contemporáneo y diseño holandés.

En 1960, Peter Pulitzer (nieto del creador del premio Pulitzer) se dio cuenta del potencial que tenían las hermosas pero envejecidas casas de los canales de Ámsterdam. Por eso, compró doce casas y fundó el hotel de cinco estrellas más antiguo de la ciudad.

En 2015 y 2016, el hotel se sometió a la mayor renovación de su historia, creando nuevas zonas comunes que destacan por un diseño ecléctico y elegante. El autor de la misma fue Jacu Strauss, antiguo diseñador senior en Tom Dixon. Él y su equipo han sido capaces de crear un alojamiento de cinco estrellas a la altura del barrio de las Negen Straatjes en el que se encuentra. Y es que como podréis comprobar, esta última reinvención combina elementos históricos y belleza clásica con un estilo contemporáneo singular, logrando una atmósfera muy acogedora y memorable.

Nada más llegar, alucinaréis con su impresionante lobby, fruto de esta restauración, el cual está decorado con alfombras persas, muebles antiguos y una colección de obras de arte histórico y contemporáneo.

Adyacente a este vestíbulo, se encuentra una biblioteca que muestra los libros ganadores del Premio Pulitzer – haciendo un guiño a la historia del hotel -, así como un café, que sirve bebidas y platos ligeros durante todo el día, con acceso a los preciosos jardines interiores donde tomarse algo, desayunar, comer o leer.

Los días de sol resulta un espacio sensacional para trabajar, tener una reunión o simplemente contemplar la belleza del entorno. Está repleto de plantas, flores y esculturas, y cuenta con unos columpios «para adultos», ideales para descansar o meditar.

La joya de la corona son los jardines interiores, que constituyen un inesperado y sereno escondite en el centro del hotel.

Las 225 habitaciones del Pulitzer Amsterdam lo tienen todo, y destacan, además de por su estilo e idiosincrasia, por lo cómodas que son sus camas, por lo bien insonorizadas que están y por disponer de todas las amenitites que se os ocurran – sus productos de baño y cuidado son de la prestigiosa marca neoyorquina Le Labo y además incluyen un juego de reparación de bicicletas (el medio de transporte de esta ciudad) -.

También cuentan con una serie de suites temáticas de música, literatura y arte para enloquecer. Yo me alojé en «La Suite del Coleccionista de Arte», que se distingue por sus dimensiones (54 m2), por tener un acceso privado desde la calle y unas vistas impresionantes a los canales, así como por estar repleta de obras de arte, objetos artísticos, y por contar con la obra más famosa del Pulitzer: «Hals Brunch», de Thierry de Cromieres. Un extraordinario cuadro de 6×2 metros, que se pintó específicamente para el hotel. De hecho, visto a cierta distancia, tiene un llamativo parecido con una obra maestra de Frans Hals, «La última cena», pero cuando te aproximas, te das cuenta que esta versión presenta elementos modernos como latas de cerveza Heineken, un ordenador portátil, pompas de chicle o hamburguesas.

El Hotel Pulitzer Amsterdam es uno de los iconos arquitectónicos y culturales más preciados de la ciudad.

Por si esto fuera poco, el hotel posee su propio barco: una embarcación de madera de 1909 en la que Winston Churchill celebró la victoria aliada cuando visitó los Países Bajos al concluir la II Guerra Mundial, con la que disfrutar de un «picnic flotante» y navegar por sus canales. Y también tiene una oferta gastronómica a la altura de sus cinco estrellas.

Por un lado, está el restaurante Jansz, que sirve  un menú de clásicos modernos bellamente elaborados que respetan la simplicidad de los productos e ingredientes de calidad. Es muy recomendable, tanto por lo rico que están sus platos como por su espacio y por su servicio, muy profesional y amabilísimo. Y por otro, está el Pulitzer’s Bar, decorado con luces tenues y mobiliario fastuoso en piel, terciopelo y detalles dorados, y cuyo ambiente íntimo es ideal para degustar algunos de sus ricos cócteles de autor. Un lugar emblemático que no os deberíais perder.

Kimpton De Witt es un refinado y elegante hotel boutique situado en el corazón de Ámsterdam.

Por motivos laborales, dividí mi viaje en dos partes. Y por ello, tras experimentar la experiencia en el Pulitzer Amsterdam, me alojé en el Hotel Kimpton De Witt.

Un coqueto hotel, excelentemente ubicado, a solo 300 metros de la estación central, y donde pude desconectar tras mis ajetreados días, en los que también tuve tiempo de descubrir nuevos sitios que me han conquistado.

Cuenta con 274 habitaciones, y 15 de ellas están situadas en edificios originales de la época renacentista. Su decoración es elegante, pero a la vez combina diferentes elementos pop-art llenos de color, que le aportan ese toque sofisticado, actual y a su vez acogedor. Todas cuentan con máquina Nespresso con cápsulas de café de cortesía, amenities by Marie-Stella-Maris, y unas camas comodísimas, entre otros muchos detalles, que hacen que la estancia sea inolvidable.

El Kimpton De Witt también alberga un restaurante, el Celia, que ofrece gastronomía inspirada en California. Un hotspot vibrante, que destaca por el amarillo de sus paredes y sofás, así como por sus sabrosos platos, ideales para compartir, como los tacos de pescado, su pulpo a la brasa o su coliflor asada.

Y también un bar, el Super Lyan, famoso en la ciudad por sus cócteles elaborados por Ryan Chetiyawardana (también conocido como Mr Lyan), quien ha estado involucrado en varios de los mejores bares del mundo durante más de dieciocho años. De hecho, en 2018, su bar Dandelyan (ahora cerrado) fue nombrado «World’s Best Bar» por 50 Best Bars, y también ha sido nombrado «Bartender of the Year del Reino Unido» dos veces y en 2015 fue «International Bartender of the Year».

Asimismo, y como tanto las localizaciones del Pulitzer Amsterdam y del Kimpton de Witt son muy céntricas, eso me permitió recorrer la ciudad muy fácilmente, tanto andando como en bici o a través de su servicio de tranvías, que funciona estupendamente. De hecho, os comparto algunas recomendaciones para que las gocéis cuando vayáis.

Modernidad, autenticidad, clásicos con alma, tendencias, arte a raudales e inspiración por doquier. Welcome to Amsterdam!

Museos y galerías de arte:

La ciudad es una obra de arte en sí misma. Y es que mires donde mires, siempre hay algo interesante y cautivador. Si a eso le añades galerías, museos y la nueva meca del arte, pues Señoras y Señoras: ¡broche de oro!

Cloud gallery: una galería de arte, que a su vez es una tienda y un café donde hacen exposiciones de arte contemporáneo. Está muy cerca del Hotel Pulitzer.

Stedelijk Museum: mi museo favorito de Ámsterdam y el museo más importante de arte moderno y contemporáneo y de diseño de los Países Bajos. Alberga la que se considera una de las mejores colecciones del mundo, que incluye 90.000 piezas desde el año 1870 hasta la actualidad. Por supuesto que hay otros museos recomendables como el Rijksmuseum o el Rembrandt, entre otros, pero además de ya haberlos visitado, siempre que puedo vuelvo al Stedelijk y al Moco Museum. Actualmente cuenta con una expo de Bruce Nauman espectacular.

Moco Museum: este museo boutique cuenta con una amplia gama de arte moderno y contemporáneo muy inspirador de artistas como Banksy, Jean-Michel Basquiat, JR, KAWS, Keith Haring, Jeff Koons, Yayoi Kusama o Andy Warhol. Es una experiencia única desde que cruzas su umbral.

Unfair: Unfair ™ Westerpark es la segunda entrega de esta serie de museos pop-up ubicados en medio de uno de los parques públicos más visitados de Ámsterdam, el Westerpark. Muy recomendable, tanto el mini museo como todo lo que hay en el parque.

NDSM Wharfel NDSM ocupa el espacio de los antiguos astilleros al norte de la ciudad, que, durante cerca de 60 años, fue uno de los más grandes del mundo. Hoy en día tras las paredes de sus antiguos almacenes hay desde galerías de arte, talleres de artistas y artesanos, estudios de diseñadores y gastronómica muy interesante. Entre sus cientos de grafittis y obras de street art destaca el retrato de Ana Frank por Eduardo Kobra. No es mi lugar favorito, pero si no habéis ido nunca, es interesante que lo visitéis.

Het Hem: sobre este lugar os hablaré en breve en otro artículo. Solo os adelanto que es la meca del arte contemporáneo de Ámsterdam y que antes de ser rehabilitado fue un antiguo almacén de municiones. Stay tunned!

Coffee and tea:

Si os gusta el café de especialidad vais a enloquecer. Esta fue mi ruta: Toki – su terrazo es el más instagrameado -, Good BeansThe Coffee DistrictRum BabaFuku-Friedhats Coffee – me declaro fan de su café y de su branding -, Uncommon coffee Public Space.

En los dos últimos, además, sirven comida y es excelente. La tostada de setas del Uncommon o el sandwich BLT del Public Space ¡están de muerte!

Y si preferís disfrutar de un buen té, la verdad es que en Ámsterdam hay muchos sitios, pero yo me decanté por el delicioso bubble tea de Chun. Su matcha latte con las bubbles de tapioca es mi favorito.

Otra opción es ir a AO bar: este sitio es un dream place en toda regla. El «bar azul» especializado en té matcha es un lugar acogedor, del que no os querréis ir.

Restaurantes:

Cuando leo o escucho que en Ámsterdam no se come bien, siento impotencia porque es faltar a la verdad. Algunos de mis últimos descubrimientos han sido:

Jansz, el restaurante del Hotel PulitzerCelia, el restaurante de Kimpton De WittFlo’s deli, que no es un restaurante, pero donde preparan las mejores bagels de la ciudad; Cornerstore, ubicado en el chispeante barrio de Noord, es uno de mis favoritos. El espacio es increíble, el servicio, la música y el ambiente es genial y se come muy bien. Además, cuenta con una carta de vinos muy completa.

De School, que es un restaurante ubicado en los que en otra época fue una escuela. Un lugar impresionante, donde se cena de miedo. También cuenta con una cantina preciosa, donde sirven platos asiáticos al mediodía; The Duchess, que está inspirado en el esplendor de la Belle Époque. Está ubicado en una de las joyas históricas mejor conservadas, el antiguo KAS Bank en el W Hotel Amsterdam. Una mezcla entre la tradicional hospitalidad londinense y la grandeza vienesa. También cuenta con un salón de té al más puro estilo: «Alicia en el país de las maravillas», donde se puede disfrutar del tradicional té de la tarde, así como de una variedad de delicados dulces, macarrones, éclairs, trufas y caramelos de algodón.

Entrepot es un restaurante que se encuentra en el emblemático Entrepotdok, una zona industrial del siglo XVII con muchos almacenes monumentales. De hecho, su impresionante espacio es patrimonio cultural holandés. Está dirigido por el chef Arvid Schmidt y el presentador Xander Waller, y aquí se pueden degustar diferentes platos elaborados exclusivamente con ingredientes locales; Oficina, es otro novísimo de la ciudad. Ofrecen desayunos muy ricos – su granola con mermelada casera está tremenda -, comida y cenas especiales. Su local es pequeño pero el proyecto de interiorismo de estética japonesa-nórdica es genial.

De Kas es un enorme invernadero convertido en restaurante, donde sirven platos elaborados con lo que allí se cultiva. Es una experiencia culinaria para los sentidos. Su menú es exclusivamente vegetariano y delicioso; Euro pizza, es un sitio casual donde comer pizza exquisita y vinos. Cuando hace buen tiempo su terraza es ideal. También está ubicado en Noord; y 4850, que para mí es el mejor restaurante de alta cocina de Ámsterdam. Forma parte de la Guía Michellin y su chef es Túbo Logier. De jueves a viernes, ofrecen servicio de café de especialidad by La Cabra y sus famosos buns de cardamomo o canela; de jueves a domingo, sirven un menú para las cenas compuesto de 7 platos; y los domingos ofrecen un menú de mediodía. Una experiencia gloriosa.

Shopping:

La verdad es que si os perdéis por las 9 calles, por el centro o por la calle Utrechtsestraat, por ejemplo, veréis mil tiendas geniales. Tanto de las marcas más conocidas como de otras menos convencionales. Lo que sí que está asegurado es que encontraréis tesoros.

Estas son algunas de mis tiendas favoritas: la marca Aesop me encanta, y su tienda en Ámsterdam está en una antigua botica y es lo más; Ganni inauguró su tienda la semana pasada y es preciosa como toda su colección; Wildernis es ideal para los plant lovers. La tienda es una jungla urbana muy cuki; Os recomiendo Arket si os va el rollo nórdico. La tienda es enorme y tiene ropa de mujer, hombre, niños y para el hogar, así como un café donde hacer una paradita; Si lo vuestro son las bicis y el cycling, no os podéis perder Rapha, que también tiene un café muy acogedor; si queréis comprar algo excepcional, el mejor sitio es X Bank, un espacio que funciona como galería de arte y Concept store y que está situado en el antiguo edificio histórico de Kas Bank, que abrió sus puertas en 1908 como el primer edificio de hormigón en Ámsterdam. Este impresionante lugar fue diseñado por Office Winhov y Baranowitz + Kronenberg.

Sukha es una tienda preciosa donde venden productos que han sido fabricados éticamente; Casa Gitane y Hay design son dos sitios perfectos para cosas del hogar; Mendo es la librería más bonita de la ciudad…

Hutspot es una tienda multimarca, donde comprar moda, decoración, libros, cosmética y objetos de regalo, que además cuenta con un automatón de los clásicos.

Otros puntos de interés:

Aunque hay muchísimo que visitar en esta ciudad, os dejo estos otros hotspots de interés:

El Hortus Botanicus de Ámsterdam es uno de los jardines botánicos más antiguos del mundo, ya que se crearon en 1638. Es un lugar ideal para desconectar un poco de la ciudad y sumergirte entre el verde. Tiene un café muy agradable donde tomar algo y leer. Y el Cine Rialto es todo un clásico cuya historia data de 1920. Está ubicado en el fascinante barrio De Pijp y en él proyectan pelis de cine independiente.

Enjoy! Y si vais a alguno de estos lugares recomendados, mencionadnos en instagram: @ccmagazine.es y utilizad el hashtag: #ccmagazinerecommends. Sharing is caring!

(*) Fotos: Cecilia Camacho.


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