
Jawlensky y Tomoko Yoneda: dos formas de entender el arte en Fundación Mapfre
Dirección: Paseo de Recoletos, 23 (Madrid)
Horario: Del 11 de febrero al 9 de mayo de 2021
Los tiempos que estamos viviendo son los que son, y por eso creemos que es vital buscar en el arte y la cultura esa válvula de escape tan necesaria para poder desconectar y, sobre todo inspirarnos.
Por todo ello, queremos recomendaros estas dos exposiciones, que coinciden en el tiempo, y que son maravillosas. Tienen lugar en el espacio principal que tiene la Fundación Mapfre en el Paseo de Recoletos, y ambos son un viaje estimulante y reflexivo.
Jawlensky. El paisaje del rostro
Aunque no es muy conocido como sus coetáneos, la obra de Jawlensky es embriagadora. Fue muy prolífico y prácticamente todo ella está basada en series y regresos casi obsesivos, en conexión con el lenguaje musical, un ámbito que inspiró a numerosos artistas de su época. El pintor también participó en algunos de los acontecimientos más relevantes del arte del siglo XX, junto a otros amigos artistas como Vasili Kandinski, Gabriele Münter o Marianne von Werefkin, y fue uno de los principales protagonistas en la formación del expresionismo alemán, así como uno de los fundadores en 1909 de la Nueva Asociación de Artistas de Múnich.
El retrato y, más concretamente, la indagación sobre las facciones humanas hasta sus líneas maestras esenciales es, como podréis comprobar, lo que más singulariza la producción pictórica de Jawlensky:
“Sentía la necesidad de encontrar una forma para la cara, porque había entendido que la gran pintura solo era posible teniendo un sentimiento religioso. Y eso solo podía plasmarlo con la cara humana.” Jawlensky
Curiosamente, esa tenacidad a la hora de trabajar sobre un mismo motivo, el de la cara, resulta muy significativo y reflexivo, en un momento en el que todos debemos enmascararnos y ocultar nuestros rostro casi en su totalidad. Food for thought.
Jawlensky. El paisaje del rostro se trata de un recorrido por la trayectoria del pintor ruso Alexéi von Jawlensky desde sus orígenes y los inicios de su carrera en Múnich, pasando por la transformación que experimenta su pintura en Suiza, hasta sus últimos años en la ciudad alemana de Wiesbaden.
La selección de obras, que supera el centenar, ofrece un amplio recorrido cronológico por la trayectoria del pintor a través de seis secciones, al tiempo que establece puntualmente un diálogo con piezas de distintos artistas que compartieron inquietudes e intereses con Jawlensky o tuvieron determinada influencia sobre él. Entre estos otros autores se cuentan los franceses Pierre Girieud, Henri-Edmond Cross, André Derain, Henri Matisse o Maurice de Vlaminck, compañeros de viaje durante el período postimpresionista y fovista; la pintora Marianne von Werefkin, compañera de Jawlensky hasta 1921; Gabriele Münter, una de las pocas mujeres asociadas al expresionismo alemán, o Sonia Delaunay, a quien le une el uso vibrante del color.
La exposición ha sido organizada por Fundación MAPFRE, Madrid; Musée Cantini, Marsella, y La Piscine, Musée d’Art et d’Industrie André Diligent, Roubaix, y cuenta con generosos préstamos de importantes colecciones particulares y de destacadas instituciones internacionales como el San Francisco Museum of Modern Art, el Centre Pompidou (París), el Kunstmuseum Basel (Basilea), el Musée d’Art Moderne de Paris, la Albertina (Viena), la Kunsthalle Emden, Zentrum Paul Klee (Berna) o la Kunstsammlungen Chemnitz – Museum Gunzenhauser (Chemnitz), entre otras.
Tomoko Yoneda
Tomoko Yoneda es una fotógrafa japonesa nacida en 1965 en la ciudad japonesa de Akashi. Tras estudiar periodismo en Estados Unidos, se matriculó en la University of Illinois en Chicago para estudiar fotografía, y fue allí donde entró en contacto con la escuela de fotografía New Bauhaus, fundada por László Moholy-Nagy en 1937, y con la comunidad de emigrados europeos involucrados en el diseño y la arquitectura, representada por los edificios de Ludwig Mies van der Rohe. Aquello la marcó. Después de la experiencia en Chicago, decidió ir a Londres para estudiar fotografía en el Royal College of Art, y allí se afincó hasta día de hoy.
Como podréis comprobar al contemplar sus instantáneas, el ámbito geográfico de su trabajo abarca desde Europa hasta Sudamérica, pasando por Japón, Corea, Taiwán y China. Para cada uno de sus proyectos, Yoneda lleva a cabo una exhaustiva investigación antes de decidir el lugar exacto que va a fotografiar. De hecho, en cierta manera lleva a cabo labores propias de una antropóloga para explorar todas las capas en busca de restos del pasado que podrían revelarnos algo sobre la condición humana. De ahí que a través de sus retratos de hermosos paisajes e interiores de edificios vacíos, la fotógrafa evoca el espíritu de acontecimientos anteriores, siendo sus temas principales la memoria y la historia, tanto personal como política, y cómo éstas definen nuestro presente.
Esta exposición que podremos disfrutar hasta el 9 de mayo, se trata de la primera retrospectiva de esta artista en Europa, compuesta por más de cien imágenes, incluyendo sus últimos trabajos, como «Diálogo con Albert Camus», «Correspondencia. Carta a un amigo» o «Cristales», así como una nueva serie inédita sobre la guerra civil española y la figura de Federico García Lorca, resultado de un encargo específico de Fundación Mapfre.
Entrevista a Nadia Arroyo, Directora de cultura de Fundación MAPFRE
¿Cómo os está afectando la pandemia: a nivel anímico y de negocio?
Anímicamente se resume en cansancio. Se está haciendo muy largo. Pero fuera de eso estamos especialmente contentos porque mantenemos toda la actividad. Tenemos estas dos exposiciones en Madrid, y en 15 días inauguramos en Barcelona. Sí que nos afecta, pero estamos llevando a cabo muchas iniciativas digitales como nuestra colaboración con el Festival Panoramic. Y ahora ya arrancamos ciclos propios, para no tener que esperar, por ejemplo, a ver cuando podemos abrir el auditorio del espacio KBr de Barcelona. Nos pueden las ganas y nuestro amor por la cultura y la innovación. Estamos en un momento en el que hay que adaptarse a las circunstancias que nos están tocando vivir. Con Gabinete pedagógico digital y Auditoria digital pretendemos eso.
¿Cuál es vuestro alegato a favor de que la cultura es segura?
Nosotros hemos sido muy escrupulosos con el aforo y nos mantenemos con un 30% del aforo. Y llevamos a cabo protocolos férreos de seguridad y limpieza. Queremos que la gente disfrute de nuestras exposiciones en nuestros espacios con total tranquilidad. Además, en nuestro caso, no hay que tocar nada. Es decir, existe el flujo de moverse por distintos espacios, siempre con mascarilla, y sin ninguna oportunidad de tener que tocar ningún objeto. Tampoco se dan entradas en papel y hemos optado por códigos QR para más información. Y en el caso de tener que coger el ascensor, contamos con dispensadores de hidrogel para poder desinfectarse.
“Los espacios museísticos son totalmente seguros.”
¿Formas parte del proceso de curaduría de las exposiciones?
Hay un equipo responsable de esto, formado por dos conservadores, que junto con el comisario de cada proyecto se encargan de este trabajo. Y yo valido la propuesta y a veces formo parte de la misma. Y luego está la coordinadora, que es quien consigue que todo esto funcione.
¿Por qué habéis optado por la figura de Jawlensky?
Jawlensky es un artista que está desde finales del sigo XIX y que atraviesa las primeras vanguardias, y que absorbe y reinterpreta en un lenguaje muy personal esos «ismos». Es una figura que no es muy conocida por el público general, pero que a nosotros nos gusta mostrar, así como a la de otros artistas que quizás no estén en primerísima fila, pero cuya obra es fabulosa.
¿Qué puedes contarnos sobre esos diálogos entre el arte del artista ruso con piezas de distintos artistas que compartieron inquietudes e intereses con él como Pierre Girieud, Henri-Edmond Cross, André Derain, Henri Matisse o Maurice de Vlaminck, Marianne von Werefkin; Gabriele Münter o Sonia Delaunay?
El comisario, Itzhak Goldberg, es un especialista en Jawlensky, para él era importante contextualizar de alguna forma esta figura menos conocida, pero que convivió con grandes como Matisse o Kandisky, que nos resuenan más. Son unas obras puntuales, que ayudan a comprender que él formó parte de todo aquello.
¿Cuál es la pieza que más te gusta?
Hay muchas. Son espectaculares. Quizás, hay un paisaje que me apasiona, que son «Los paisajes de Murnau». Él es muy espiritual en toda su obra, y aquí lo transmite especialmente. Los rostros de preguerra también son estupendos, así como sus meditaciones, que son rostros totalmente esquemáticos. Son verdaderamente extraordinarios.
¿Y por qué Tomoko Yoneda? La verdad es que estamos enamorados de las instantáneas de esta artista japonesa, afincada en Londres.
Nosotros no hacemos exposiciones temáticas, sino retrospectivas, aunque personalmente me encantan, pero lo que nos define son este tipo de exposiciones individuales de carácter retrospectivo. Hacemos los grandes maestros, pero también artistas menos conocidos como es el caso de Tomoko Yoneda, que son artistas vivos, que pueden estar en la mitad de su carrera, cuyo trabajo ya ha sido galardonado y está en colecciones importantes, pero que no han tenido una gran retrospectiva todavía.
Lo cierto, es que nos gusta echar la vista atrás y ver, tras 50 exposiciones de fotografía desde que empezamos, cómo está presente la historia de la fotografía, pero también el futuro historia de la misma. Son nombres que dentro de unos años tendrán esa relevancia.
“Para nosotros el valor de nuestra programación reside en el hecho de contar también con el arte de artistas no tan reconocidos por el gran público, pero cuyos trabajos son extraordinarios.”
También hemos visto que se presenta una nueva serie inédita sobre la guerra civil española y la figura de Federico García Lorca, resultado de un encargo específico de Fundación MAPFRE.
Nosotros solemos encargarle a los artistas vivos a los que exponemos un proyecto en España. Así que dependiendo de su estilo de obra, ellos luego piensan lo que quieren hacer. En el caso, de Tomoko Yoneda, en toda su obra atraviesa una inquietud muy profunda y documentada sobre las huellas de la historia, y sobre cómo a través de la fotografía se puede reflexionar sobre hechos del pasado terribles con la intención de tratar de evitar que eso se repita. Así que cuando le pedimos que hiciese algo en España, ella reflexionó y se centró en la figura de García Lorca y la Guerra Civil.
¿Por qué crees que deberíamos visitar estas dos exposiciones?
Se trata de dos recorridos diferentes, pero que dejan un poso de reflexión. Son dos oportunidades en un mismo espacio para inspirarnos a través dos formas de arte – pintura y fotografía -, en las que está presente un trazo de espiritualidad, muy necesario en estos días.
(*) Imagen portada: Colina, 1912. Óleo sobre cartón. 53,5 × 64 cm. Museum Ostwall, Dortmund. INV. SG 83 Foto: Digital / Color Album / akg-images · Foto 1: De la serie Escenario. Wedding—View of the wedding party on the river that divides North Korea and China, Dandong, China (2007) · Cuadro 1: Ojos oscuros, 1912. Óleo sobre cartón. 68 × 50 cm. Colección particular Foto: Maurice Aeschimann · Cuadro 2: Naturaleza muerta con teteras amarilla y blanca, 1908. Óleo sobre cartón adherido a madera. 49,6 × 53,8 cm. Zentrum Paul Klee, Berna. Depósito de colección particular. INV. 91387 Foto: Zentrum Paul Klee, Berna · Cuadro 3: Cabeza mística: Anika, c. 1917. Óleo y lápiz sobre cartón y contrachapado 43 × 30 cm. Kunsthalle Emden Foto: © Martinus Ekkenga · Foto 2: De la serie Una década después. Classroom I—used as a temporary mortuary immediately after the earthquake (2004) · Foto 3: De la serie Una década después River—view of earthquake regeneration housing project from a river flowing through a former location of evacuees’ temporary accommodation · Foto 4: De la serie Después del deshielo Mud bath, Hajdúszoboszló, Hungary (2004).
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