
Everything Everywhere All At Once y el sentido de la vida
Hace una semana fuimos a ver Everything Everywhere All At Once, el segundo largometraje de Los Daniels – Dan Kwan y Daniel Scheinert ,- y ya os adelantamos que nos encantó.
Y es que tras el éxito en 2016 de «Swiss Army Man», había bastantes expectativas con esta nueva película. Así que tras cosechar un gran éxito en Estados Unidos, después de haberse inaugurado en el festival South by Southwest (SXSW), lo ha hecho en España y ha superado por completo las predicciones que había sobre la misma.
La vida en el multiverso
La película empieza mostrando la vida de una familia chino-estadounidense un poco desastrosa, que regenta una lavandería y que además, tiene problemas con la declaración de la renta.
El estrés y el caos se ha apoderado de sus vidas y parece que están abocados a la ruina… Sus protagonistas son Evelyn Wang (Michelle Yeoh), su esposo Waymond (Ke Huy Quan – muchos le reconoceréis por haber sido actor en películas de la década de los 80’s como «Indiana Jones y el templo maldito» y «Los Goonies»), su hija Joy (Stephanie Hsu) y Gong Gong (James Hong), el abuelo de la familia.
Todos ellos forman parte de esta situación decadente, donde la frustración de cada uno de ellos se convierte en el detonante de una serie de aventuras, aparentemente absurdas, pero con un trasfondo muy profundo que va directo al corazón.
La elegida del multiverso
En esta locura de capas y capas de universos, donde el tiempo se desdobla, se multiplica y se compone para crear docenas de realidades alternas, la «elegida» para evitar la debacle final es Evelyn. Y esto es algo que nos encantó, ya que Los Daniels no buscaron lo evidente. Es decir: a una superheroína con aspecto de superheroína, sino todo lo contrario. En este caso, es una mujer normal la que se convierte en la única persona capaz de salvar este compendio de multiversos.
Además, en todo este proceso en el que Evelyn descubre y logra creerse cual es su destino, nos aporta lecciones de vida reveladoras y otras que es necesario recordar. Y es que su vulnerabilidad, sus miedos y sus fracasos sirven para que veamos que las crisis, tanto las del mundo como las existenciales, son oportunidades. Para ello, apelan a su significado en chino, donde esta palabra está formada por dos caracteres. El primero es Wei, que significa peligro y el segundo es Ji, que significa oportunidad. Porque aunque en un principio Evelyn se resista y no vea más allá de sus creencias y prejuicios, los multiversos y sus peligros logran que salga de su cubículo mental y se muestre más receptiva para comprender el verdadero sentido de la vida.
Lo absurdo y lo lúcido
Como podréis comprobar, la película logra un balance perfecto entre lo que se deriva de las relaciones interpersonales de la familia Wang y la locura, a veces disparatada, de los múltiples multiversos.
Hay momentos muy locos, irreverentes y que te dejan noqueado. Suceden mil cosas y la amalgama de realidades resulta abrumadora por momentos, pero gracias al trabajo de edición de Paul Rogers, a la fotografía de Larkin Seiple, al vestuario de Shirley Kurata, al diseño de producción de Jason Kisvarday y, por supuesto, al guión y a la dirección de Los Daniels, la película no solo no pierde interés en ningún momento sino que consigue que nos sumerjamos con ganas en ese surrealista juego visual, extravagante y psicótico durante sus 139 minutos de duración.
“Everything Everywhere All At Once combina a la perfección ciencia ficción, comedia, acción, fantasía, aventura, metafísica y psicología.”
Una película delirante y gloriosa
Sí, sí, es delirante y gloriosa. Ambos adjetivos definen muy bien lo que veréis en pantalla grande. Porque todo ese delirio y artificio son necesarios para comprender el mensaje de la cinta. De hecho, actúa como si una gran ola te hiciese tragar mucha agua, y entre zarandeo y zarandeo, te aportase la claridad precisa para separar el grano de la paja y darte cuenta de lo que de verdad importa.
Dicho esto, los combates, las risas, las bromas escatológicas, las escenas locas de acción, los mil y un disfraces, etc… Todo ese cocktail es imprescindible para resetear la mente de los protagonistas y la nuestra propia, dando la bienvenida a la esencia de nuestra propia existencia.
“Cuando elijo ver el lado bueno de las cosas… No estoy siendo ingenuo. Es estratégico y necesario. Es como he aprendido a sobrevivir a través de todo (…) No lo sé. Lo único que sí sé es que tenemos que ser amables… especialmente cuando no sabemos lo que está pasando.”
Sin más, no podemos hacer otra cosa que recomendárosla. ¡Os volará la cabeza y estaréis días y días hablando sobre la misma! Consultar cartelera.
Lo mejor…
– El excelente reparto: Michelle Yeoh, la principal protagonista, está muy bien acompañada por James Hong, Ke Huy Quan, Stephanie Hsu y Jamie Lee Curtis, entre otros. Hay una complicidad excelente entre todos ellos.
– Cuenta con un guión atrevido, inteligente, impredecible y divertidísimo.
– Everything Everywhere All At Once es como darte una vuelta por un parque de atracciones, pero en este caso mental. Tienen lugar múltiples aventuras que desencadenan diferentes experiencias, y todas ellas son grandes lecciones de vida.
– Las risas están aseguradas.
– Los diálogos de la escena de las dos rocas…
– Su premisa sobre el sentido de la vida, su acertadísimo retrato de los traumas intergeneracionales (para enmarcar) y cómo pone en valor el poder de la empatía, sobre todo en un mundo, como es el nuestro, en el que el egoísmo y la impotencia lo ponen muy difícil.
Lo peor…
– A nosotros no se nos hizo larga, pero es verdad que hacia el final alargan el metraje un poco más de lo necesario.
– En sus momentos más delirantes, la película roza la posibilidad de ser incomprensible y a veces confusa.
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