
Entropía…
«Melody (Evan Rachel Wood): ¡Dios mio!
Randy (Henry Cavill): ¿En qué piensas?
Melody: ¡Entropía!
Randy: ¿Entropía?
Melody: Si, Entropía. Boris me explicó que es no poder meter de nuevo la pasta de dientes en el tubo…
Randy: ¿Te refieres a que cuando ocurre algo…cuesta poner las cosas como estaban…?
Melody: Boris dice que el amor es cuestión de suerte. Yo también lo creo.»
Este diálogo lo hemos extraído de «Si la cosa funciona», uno de nuestros films favoritos de nuestro admirado Woody Allen, en el que el director neoyorquino muestra su particular visión del amor, abstrayéndose por completo de cualquier prejuicio en pro de lo importante: quererse.
“Entropía procede del griego y significa evolución o transformación.”
Aunque también se asocia al caos, ya que a partir del desorden previo se genera la metaformosis. Y esa transmutación, ya sea intencionada o casual, siempre comporta algo nuevo.
Esta reflexión es aplicable a todo: al amor, al trabajo, a las relaciones en general, etc… y está íntimamente relacionada con el concepto de finitud. Porque nos guste o no… nada es para siempre y todo se transforma. Por ello, aprender a convivir con la incertidumbre es esencial, ya que cuanto más flexibles seamos frente a las circunstancias… mejor será para nuestra supervivencia.
Por otro lado, es justamente en los momentos confusos y de cambio, en los que nos invaden las dudas y el miedo, cuando debemos estar más receptivos y positivos que nunca ante las nuevas oportunidades. Porque lamentarnos por lo que fue o podría haber sido no tiene ningún sentido. Lo único que nos pertenece y podemos cambiar es el presente. De ahí que ser conscientes de la irreversibilidad, propia de la entropía y del pasado, tiene que servirnos como detonante para no echar la vista atrás y para plantearnos nuevos horizontes y nuevas ilusiones…
Del negro nace la luz.
(*) Foto de Miguel Á. Padriñán (Pexels).
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