Entrevista al artista y diseñador Jaime Hayón

Jaime Hayón (Madrid, 1974), Premio Nacional de Diseño 2021, es de ese tipo de personas que más allá de ser muy grandes en su profesión, resultan ser un estímulo adrenalínico por la energía y el buen rollo que desprenden. Conversar un rato con él no solo es muy interesante sino que también es muy divertido, y lo cierto es que su trabajo es un fiel reflejo de su forma de ser y de su manera de vivir la vida.

Nosotros llevamos años siguiendo su carrera profesional y la verdad es que ha hecho muchísimas cosas increíbles como su línea de lámparas y mobiliario para &Tradition o su colección The Guest para Lladró, el hotel Barceló Torré de Madrid, que es una preciosidad, el tiovivo de los Mundos de Cristal de Swarovski, que es tan bonito que podríamos quedarnos a vivir en él o cualquiera de los proyectos que ha llevado a cabo en Asia, concretamente en Corea del Sur, por poner algunos ejemplos.

De un tiempo a esta parte, este artista universal se ha centrado en pintar, ya que es su mayor pasión, y de nuevo ha vuelto a triunfar con sus óleos. De hecho, galerías y museos como el Centro Pompidou, el Museo del Diseño de Londres, la galería Thomas, el Groninger Museum y la Feria de Arte de Basilea, entre otras, ya han acogido sus obras. Como podréis comprobar, en ellas campan a sus anchas los distintos elementos que conforman su particular lenguaje y su universo onírico: naturaleza, objetos locos, seres fantásticos, tramas, colores… Un compendio surrealista y bello, que muestra la verdadera esencia de este artista multidisciplinar tan prolífico.

Con motivo de su reciente colaboración con Ruinart en esta edición de ARCO 2022, tuvimos el placer de entrevistarle, y esto fue lo que nos contó. Genio y figura. Pasen y lean.

¿Qué querías ser de mayor cuando eras pequeño?

Siempre soñé con la idea de hacer algo energético, algo creativo, y al final he acabado aquí. No había otra. Y eso que vengo de una familia, donde la mayor parte son economistas, van todos con traje… Yo siempre fui el raro. Aunque tengo que decir que mi madre siempre fue una persona diferente. No era pintora ni nada, pero siempre tuvo el flash y lo sigue teniendo. Le debo mucho a ella. Siempre ha sido una celebración. Ella nunca me ha limitado.

Desde que tengo hijos, trato de educarles un poco como me han educado a mí, que es siendo libre. Con educación, pero libre. Y es así como me he sentido siempre. De hecho, con 13 años me fui a Alemania con colegas que también eran skaters y con un amigo de 18, y nos hicimos un interrail por Europa juntos y fue genial. Ahí descubrí la Bauhaus. Y con 16-17 años me fui a estudiar a un colegio en Los Ángeles.

Lo que quiero decir con todo esto es que si tienes padres que son abiertos, pues todo es posible. Siempre me han motivado mucho y yo siempre he creído que los límites te los pones tú.

También tengo que decir que yo vivo un poco en «mi planeta» y mi rollo es que no me como mucho la cabeza. Yo sé lo que quiero hacer y voy a por ello. Me levanto todas las mañanas con entusiasmo y me digo que hoy va a ser un gran día y me pongo a ello. Me encanta hacer cosas diferentes. De hecho, ahora estoy haciendo unos cuadros súper hardcore con conversaciones muy frikis, con mogollón de tensión y tal, pero al mismo tiempo estoy a punto de inaugurar un hotel de 87 plantas en Bangkok, que es la torre más alta de la ciudad. Este proyecto lo estoy haciendo con unos americanos, que son los de la cadena The Standard, y que son súper cool. Este hotel va a ser su Flagship y la inauguración será en breve, en mayo, así que queda nada. Lo que más me gusta de este tipo de proyectos es que me permite descubrir cosas que no conozco, aprender, y eso me hace feliz.

Nunca me he puesto limitaciones y tampoco se las he puesto a las personas que trabajan conmigo o que están alrededor mío, que al final son familia. Yo veo la vida así.

Aunque tengo que reconocer que al principio no fue tan fácil, ya que algunos creyeron que estaba loco. Yo veía muy clara una cosa y ellos no, y yo no podía entenderlo. En este país tampoco me entendieron. Desde que he vuelto sí, pero me he pasado 18 años viviendo fuera, en Venecia 7 años, en Nueva York, en Londres, hasta que he acabado volviendo y ahora ya llevo casi 11 años en Valencia.

Vengo de una familia humilde. De hecho, he trabajado en una cafetería y en la tienda de mi hermano. Son gente trabajadora. Pero yo quería hacer otra cosa, y lo que tenía en aquel momento eran idiomas y ganas. Y me lancé.

Por ello, a mis hijos les trato de educar para que construyan y no sientan que todo es tan fácil, y también para que aprecien el valor de las cosas.

¿Qué es para ti el arte y la creatividad?

No puedo vivir sin el arte. Creo que estoy poseído.

Antes de la pandemia hice 11 exposiciones de museo, muy heavy, y luego se hizo una amalgama de varias obras que fueron haciendo un tour por el mundo. Empezaron en Israel, luego estuvieron en Seúl 6 meses, después en Shanghai, en Pekín, en Taiwan, en diferentes sitios. Y ahora han vuelto, porque mi próxima exposición grande será finalmente en España, en Valencia, en el Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC).

Me pasó una cosa muy alucinante, y es que cuando estuve viendo todo el material que tengo ¡aluciné!. ¡Tengo como 400 cuadernos repletos de dibujos! Fue en ese momento cuando pensé que para hacer todo aquello tenía que haber estado poseído. La verdad es que estoy muy contento, porque va a ser una expo que va a molar mucho. Voy a mezclar muchas disciplinas y habrá un espacio para las creaciones de cristal, otro con las cerámicas, uno con curiosidades; otra parte se centrará en el diseño y el proceso, otra en el arte y la escultura, etc…

Para que te hagas una idea, mis vacaciones son cuadernos grandes en una mochila y en una moto, y me voy a donde sea. Si por ejemplo me paso dos meses en Tailandia, me pongo a dibujar desde las 9 de la mañana hasta por la noche. Como, me tomo vinos, conozco a gente mientras pinto, pero mi vida es esa. Por eso tengo tanta producción.

Eres uno de los diseñadores españoles más internacionales, pero Valencia sigue siendo tu casa y tu lugar de trabajo. ¿Qué tiene esta ciudad para que se haya convertido en tu hogar permanente?

Cuando llegué a Valencia era underground. De hecho, ahora se está poniendo muy cool. ¡A ver si me voy a tener que ir a vivir a Nápoles! jajajaja Siempre me ha gustado lo original, lo de verdad. Para mí la perfección no es lo que me motiva.

Llegué a Valencia de manera muy casual. Por aquel entonces yo vivía en Londres, así que cuando llegué a Valencia no sabía ni lo que era. En aquel momento tenía el estudio en Barcelona, una parte importante la mudé a Londres, y conseguí un lugar de producción muy importante en Italia, que todavía sigue. Tenía un triángulo, que he ido manteniendo siempre. Entonces al llegar a Valencia sin conocerla y sin ningún tipo de expectativa, lo que pasó es que me sorprendió. Además, yo buscaba desde hacía un tiempo un lugar donde todo no fuese tan cool y donde pudiese encontrar un espacio grande a buen precio para hacer algo guay. Y es que Londres me había asfixiado. Tenía un gran sitio en esa ciudad, pero la producción era muy compleja. Por ello, cuando fui a Valencia me di cuenta que allí sí que podría hacer justo lo que quería. Para que te hagas una idea y en términos de costes, el alquiler de todo el año de mi estudio en Valencia ¡era el coste de la calefacción mensual de la casa en Londres!. Así que lo tuve claro y me quedé. Vi que también había producción y eso, por supuesto, fue una gran motivación. Lo que pasó también es que luego, mi ex mujer se quedó embarazada y el médico le recomendó descansar, por lo que Valencia resultó ser ideal, sobre todo si lo comparábamos con Londres. Y es que aunque por aquella época yo estaba renovando una casa muy bonita que me compré en Londres, finalmente la acabé pero nunca vivimos en ella. Nos quedamos es Valencia.

Este año, además, Valencia es la Capital Mundial del Diseño y tú formas parte del comité organizador. ¿Qué puedes contarnos al respecto?

Colaboro con ellos y estoy encantado. Mi papel sobre todo fue en el momento de conseguir la Capitalidad. A ellos les interesaba un perfil creativo, diseñador, que vive en Valencia pero no es de Valencia y que es embajador de la ciudad. Por eso cuando tuve que hablar sobre la ciudad y sobre porqué debería ser la Capital del Diseño lo tuve claro y les conté la realidad:

Valencia tiene producción, tiene buen clima, no es cara y se vive muy bien. Para mí es como el Berlín del sur.

De hecho, la exposición que haré en el CCCC está apoyada por el WDC Valencia.

Después de fundar Hayon Studio en 2001, tu amplia base de clientes ha abarcado diversas funciones y medios, incluido el mobiliario doméstico para B.D. Barcelona, Cassina, Fritz Hansen, &Tradition y Magis; luminarias para Parachilna, Metalarte y Swarovski; y objetos sofisticados para Bisazza, Lladró y Baccarat. También has ejecutado interiores completos para hoteles, restaurantes, museos y establecimientos minoristas líderes en todo el mundo. ¿Qué retos te quedan por conseguir?

Uno de mis retos es focalizarme más en mi arte. Pintar más.

Ahora mismo lo que más estoy haciendo es pintar. Me encanta y me relaja muchísimo. Estoy perfeccionando la técnica. Mi relación con la pintura ha sido como dar la vuelta al ruedo. Yo empecé así, y aunque he hecho muchísimas cosas, lo que ha pasado es que he vuelto al origen. Además, está yendo muy bien.

Asimismo, y como te comentaba antes, la pintura es un poco cabrona. Cuando quise dedicarme a ello no pude hacerlo porque no daba dinero y yo por aquel entonces lo necesitaba, y luego hay que tener en cuenta que si decides entrar, tienes que hacerlo y lograr que te respeten por lo que haces. Porque la pintura no se puede confundir con nada. Toparme con Oscar de la galería L21, que es un tipo genial que cree en mí, ha sido muy bueno. Él fue quien me propuso hacer una expo individual con mis pinturas. Y es que aunque yo ya estoy en museos con mis cerámicas, mis cristales y mis esculturas, objetos raros, tapices, y alguna pintura también, no resulta obvio. Por eso, cuando veo que me empiezan a coleccionar coleccionistas buenos que apuestan por mi arte, es cuando me doy cuenta que estoy en el circuito. Pero lo que más me enorgullece es cuando me dicen que en realidad la profundidad de mi trabajo está en las pinturas.

Por cierto, te adelanto que la próxima expo ¡va a ser galáctica…!

Corea del Sur te ama y ya hemos perdido la cuenta sobre la cantidad de proyectos que estás llevando a cabo en este país a través de marcas como MOKA o Hyundai. ¿Cuál ha sido tu experiencia al trabajar con ellos? Y ¿Tienes previsto realizar nuevos proyectos allí?

Durante esta pandemia, Corea del Sur ha estado haciendo cosas muy importantes, y yo he trabajado mucho con ellos: desde el diseño integral del exclusivo club dirigido a la generación más joven de clientes VIP que se encuentra en The Hyundai Seoul, el centro comercial más grande de la ciudad, pasando por el MOKA Garden, que es un jardín botánico de 1500 metros cuadrados dedicados al entretenimiento de los niños, o uno nuevo que todavía no ha visto la luz. La verdad es que Corea es lo más.

Corea del Sur es un país que se ha posicionado en el top de todo: moda, arquitectura, diseño. Les encanta vivir y siempre me han recibido con los brazos abiertos.

En la edición de este año de ARCO estás colaborando con Ruinart, el champán del arte, a través del diseño de 20 estuches second skin de Magnum Ruinart, que cuenta con un diseño ecológico y realizado íntegramente en papel, y que encarna perfectamente un nuevo lujo más respetuoso con el medio ambiente, así como con dos cuadros que expresan tu particular mundo onírico. ¿Cómo surgió esta colaboración?

Ha sido una colaboración muy natural. Yo ya estaba pintando esta serie de cuadros que hago con lienzos blancos para una exposición que estoy creando, y entonces uno de los responsables de la marca, a quien le encanta mi trabajo desde hace tiempo, me comentó la idea de hacer algo juntos. Ellos solo se focalizan en arte y no en design, así que cuando vieron mis pinturas les encantaron y tuvieron claro que teníamos que colaborar. Me propusieron que usase 20 de sus estuches second skin como lienzos y que los pintase con mi particular universo onírico, colorista, celebrativo, positivo y donde la naturaleza está muy presente. Todos los beneficios por la venta de estas 20 botellas se destinarán a la ONG RForest para reforestar los bosques de Madrid.

(*) Fotos by Alexandre James.

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