Menorca en otoño: una de las mejores épocas para disfrutar de la isla

Hace apenas tres días fue mi cumpleaños y lo celebré en Menorca, mi isla favorita de las Baleares y de donde es una de mis mejores amigas.

La verdad es que es curioso como un lugar tan paradisíaco y con tanta magia quede relegado casi al ostracismo cuando el otoño hace acto de presencia. No lo entiendo. Principalmente porque la isla en estas fechas sigue en su mejor momento, con un tiempo estable, las mismas playas alucinantes pero esta vez sin estar plagadas de turistas, una oferta gastronómica muy interesante, un ambiente evocador que incita al dolce far niente más absoluto y mil y un planes que hacer.

Curiosamente, muchos de sus lugareños se quejan de que las diferencias en cuanto a servicios sobre todo respecto a Mallorca son enormes. Ellos tienen una oferta de vuelos muchísimo más grande y competitiva que la de Menorca. Y este hecho implica que incluso muchos hoteles cierren, debido básicamente a la dificultad de llegar a esta isla bonita. Aún así, y como os adelantaba Menorca está repleta de maravillas de las que disfrutar y saborear sin prisas: desde visitar la fortaleza La Mola; dejarte impactar por la majestuosidad de Lithica; el camí de cavalls; visitar pueblos tan bonitos como Binibeca o Fornells…; ir las mejores calas que he visto en mi vida y a playas de arena blanca; comer una caldereta de langosta, unas sardinas a la plancha, sobrasada, los tradicionales pastissets y la ensaïmada; ir a las Bodegas Binifadet (¡un escándalo!); dar una vuelta en barquito; caminar por caminos agrestes llenos de encanto; sentarte en el puerto con un vermutito y contemplar el mar; hasta dormir en plena calma, ver el atardecer y el amanecer como nunca antes, etc… Porque Menorca es un paraíso en la tierra.

Así que lo único que deseo es que lejos de motivar un turismo propio de las aglomeraciones, lo que propongo es un punto intermedio, equilibrado. Un win-win, tanto para los menorquines, los negocios turísticos y los turistas. Es una pena que la isla se quede «vacía» hasta casi abril, cuando al menos para mi es un destino ideal incluso para celebrar las Navidades, ir un puente, fin de año o lo que se tercie.

Sin más, os recomiendo que si no habéis estado todavía en Menorca en esta época del año lo hagáis. Os a va a sorprender mucho.

(*) Foto de Juliana Chyzhova en Pexels.


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