Entrevista a Alberto Odériz, ganador de la VII edición del Premio Cervezas Alhambra de Arte Emergente

El jueves pasado tuvo lugar el fallo del jurado del VII Premio Cervezas Alhambra de Arte Emergente, en el que las propuestas de cinco artistas se presentaron en ARCOmadrid.

Este año, los artistas participantes han sido Pablo Capitán del Río, Cristina Garrido, Irene Grau, Almudena Lobera y Alberto Odériz. Y sus cinco creaciones inéditas podrán contemplarse en ARCOmadrid del 22 al 26 de febrero. Todas ellas han sido creadas a través de un proceso de producción artesanal y reinterpretadas en clave contemporánea, y han tomado a la ciudad de Granada y a su monumento estandarte, la Alhambra, como principal fuente de inspiración.

En esta séptima edición, el jurado formado por profesionales del sector y liderado por la comisaría Alicia Ventura han entregado este excepcional galardón que apoya el excepcional vínculo entre el arte y la artesanía contemporánea a Alberto Odériz y a su obra «Si se pareciera a algo, ya no sería el todo«, elaborada en colaboración con Miguel y Javier Muñoz, de Escayolas Muñoz. Un proyecto precioso formado por una serie de esculturas en una escala, una forma, un material y un leguaje que nacen de la abstracción nazarí y sus reglas pero que acaban configurando un espacio diferente al del punto de partida.

Con él hablamos sobre este premio, sobre este evocador proyecto, sobre el papel de la artesanía en el mundo del arte, sobre procesos e inspiración, entre otros temas. Pasen y lean.

En primer lugar, ¡enhorabuena! Cómo te sientes al ser galardonado con este premio?

Estoy muy contento. Ser reconocido en el mundo en el que uno trabaja es muy satisfactorio. Además, he participado con compañeros increíbles que han hecho un trabajo maravilloso, y el jurado formado por directores de museos y gente que respeto mucho ha sido todo un lujo. La verdad es que me ha hecho muchísima ilusión.

El lema de Cervezas Alhambra es “crear sin prisas”. ¿cuánto tiempo necesitasteis para crearla?

Ha sido un proyecto largo para mí, en el sentido que ha tardado en materializarse. Así que debo decir que he estado trabajando desde el primer día del concurso hasta casi el último día del montaje. Más o menos desde mayo del año pasado hasta febrero de este 2023. Unos 9-10 meses. Y específicamente con los artesanos han sido todas las tardes durante dos meses.

“Las piezas que hemos creado se han resuelto en el taller, ya que no han sido planificadas previamente.”

Esta obra la has llevado a cabo en colaboración con Miguel y Javier Muñoz, de Escayolas Muñoz. ¿Qué puedes contarnos de esta experiencia? ¿Qué tal fue el proceso de crear a tres manos? ¿Continuaréis colaborando?

Hicimos una visita a la Alhambra para conocer el archivo arqueológico y todos los materiales que se emplearon en su construcción.

“Para mí la arqueología es un método similar a la escultura. El escultor trabaja transformando la forma de las piedras y el arqueólogo utiliza la ciencia para estudiar sus formas.”

En el caso de la Alhambra primero surgió una investigación previa, un análisis de su geometría y del por qué de sus formas, y después lo que hice fue un intento de reproducir en otro tiempo y en otro lugar las condiciones de un taller de la Alhambra, en este caso en un taller en los alrededores de Pamplona y en 2023. Por eso, tanto las condiciones de los materiales que encontré como la mano de obra fueron muy diferentes y eso hizo que el proyecto, en colaboración con los artesanos, fuese separándose del original hasta que fueron surgiendo unas piezas que podríamos decir que son un reflejo de la Alhambra, aunque distinto.

“Mi proyecto extrae las formas de la Alhambra, las proyecta al presente y deja que emerjan nuevos significados.”

Trabajar con estos artesanos y con esos materiales fue una elección mía así. Buscaba a alguien que me ayudará a aproximarme a la idea de abstracción que hay en la Alhambra, así que hice una especie de búsqueda cercana para trabajar con los límites de donde yo tengo el taller y decidí trabajar con tres materiales para alcanzar los tres tonos lumínicos de la Alhambra: el negro que logré con el carbón de los carboneros que hay en Navarra; un tono ocre intermedio que lo da la piedra, que es una arenisca que procede de una cantera; y la escayola, que es prima del yeso que se utilizó en la Alhambra, y que fue finalmente me permitió alcanzar ese blanco intenso. Este último material lo trabajé durante muchos días en el taller de los hermanos Muñoz. Aprendí mucho y lo cierto es que ha sido una colaboración muy bonita y nutritiva para todos.

Habitualmente suelo trabajar por proyectos, y dependiendo de la temática de cada uno busco las herramientas, los materiales y los formatos. Pero sí que es cierto que hay como «proyectos vertebradores» que implican más tiempo, más colaboración y que dejan huella, y en este caso el trabajo con los artesanos, los hermanos Muñoz, y el trabajo con la escayola, que es una herencia de la Alhambra, ha sido todo un descubrimiento.

“Me decanté por Escayolas Muñoz es porque estaban dispuesto a experimentar y a abrir nuevos caminos desde el primer día.”

¿Cuál suele ser su proceso creativo habitual?

Lo primero que hago es verme reflejado en el proyecto. Todos los proyectos tienen un tema. En este caso, era la Alhambra, pero los proyectos siempre se ubican en un lugar y en un tiempo y en unas condiciones. Una vez establezco los límites de ese proyecto, empiezo a jugar entre esas «reglas». Después empieza la fase de juego, de deriva, de improvisación, de caos. Y por último, hay una etapa de cierre, de reflexión sobre lo que se ha producido, y que normalmente finaliza con lo que ve el público.

“Para mí suele tener más fuerza lo que sucede previamente al resultado final, aunque siempre trato que guarde la memoria de lo que ha ido pasando en el proyecto.”

¿Por qué decidiste llamarla «Si se pareciera a algo, ya no sería el todo»?

“Es una frase de Paul Valéry. La usó Robert Smithson en los 60’s cuando surgió la discusión entre abstracción y realismo.”

Una discusión que en aquellos años generó unos debates muy fuertes, y en los que él se posicionó a favor del arte abstracto. De ahí esa frase.

Además, me pareció un buen punto de partida para trabajar el tema de la abstracción. Por un lado reconociendo a la Alhambra como un origen anterior al arte de vanguardia, y por otro porque a mí también me conectaba con los dos mundos: el arte abstracto de la Alhambra y el arte abstracto del arte contemporáneo de los años 60’s.

La Alhambra es la fuente de inspiración de todas las obras que han participado. Antes de formar parte de este proyecto, ¿qué papel ocupaba en tu vida y qué lugar ocupa ahora?

Mi acercamiento a la Alhambra siempre ha sido superficial. La conocía, la había visitado, pero desde luego nunca la había explorado como lo he hecho ahora. Creo que parte del viaje ha sido aprender de ella, y para aprender uno debe desconocer algo primero.

Esta es la tercera vez que paso por una cultura que representa o que utiliza el arte de manera diferente a la que yo he sido educado. Y eso ha provocado que me haya mostrado una forma distinta de aproximarme a ver las cosas.

¿Qué se siente al formar parte de Arco, la Feria de Arte Contemporáneo más importante de nuestro país?

Es mi primera vez. Estoy con la Galería Nordés que está en Santiago de Compostela. Con ellos tengo dos proyectos: uno es «Cierzo. Los objetos mecidos por él», que es una exposición de hace dos años, a partir de una montaña que está en Navarra con objetos encontrados. Y el otro proyecto que es la Galería Plenairista que es una intervención/acción que hice en colaboración con Irene Grau en Santiago de Compostela, y que consistió en copiar la sombra de un árbol con polvo de granito y sobre 4 lienzos de formato gigante 4×2 metros. Uno de los 4 lienzos se puede ver en ARCOmadrid.

Últimamente el foco está puesto en la inteligencia artificial y sus beneficios vs estragos. ¿Cuál es tu opinión al respecto y cuál crees que es el futuro de la artesanía contemporánea?

Yo veo que la tecnología y la inteligencia artificial son herramientas, y en este sentido me parece que son comparables a un martillo o a encender fuego, que son tecnologías que nos acompañan desde hace millones de año. Creo que la clave es lo que hagamos con ellas, y eso no significa que aporten mejores resultados. Lo que tiene que haber es una mediación, sobre todo en los procesos que incluyan creatividad, para que esas herramientas tan poderosas nos lleven a otro nivel.

“Creo que las nuevas tecnologías y la artesanía deberán convivir aunque pertenezcan a tiempos diferentes.”

Tras este proyecto y este galardón, ¿en qué proyectos tienes en mente o estás desarrollando?

Después de la pandemia y de que se hubiesen pospuesto proyectos, me encuentro en un momento en que muchos de ellos se han reactivado, y ahora tengo pendiente hacer una escultura muy grande, monolítica, que es una grada de un circo en Navarra; también voy a construir un teatro efímero para un festival de música en el mundo rural y en una zona arqueológica; en Santiago de Compostela vamos a hacer unas esculturas y en septiembre tengo prevista una exposición en Pamplona y más cosas en México, donde he vivido y trabajado durante 10 años. Como puedes ver, afortunadamente, durante los próximos meses hay muchísimo proyectos.

Sobre Alberto Odériz

Ha realizado trabajos escultóricos alrededor de la temática de «La inexplicable roca», explorando con la metodología de la arqueología los diferentes acontecimientos del presente que, por su condición trágica, contestataria o simplemente por su insignificancia, no estaba prevista su preservación.

Las singularidades históricas, sociales y geográficas del entorno le aportan pistas e inspiración para su producción que, en muchas ocasiones, incluye el uso y apropiación de materiales y objetos encontrados in situ para crear instalaciones que interrogan al espectador sobre el propio acto de creación escultórica o abren dinámicas participativas y de apropiación que surgen en los procesos. De esta forma, Alberto utiliza diferentes medios como el collage, la fotografía o la escultura y la instalación, investigando sobre la capacidad que tenemos los humanos para simbolizar la materia.

Para la creación de sus obras y proyectos Alberto Odériz parte de la investigación del lugar y del contexto elegidos. Las singularidades históricas, sociales y geográficas del entorno le aportan pistas e inspiración para su producción que, en muchas ocasiones, incluye el uso y apropiación de objetos encontrados in situ para crear instalaciones que interrogan al espectador sobre el propio acto de creación escultórica.

Os dejamos el vídeo resumen del la VII edición del Premio Cervezas Alhambra Arte Emergente.

(*) Fotografías y video: Brava studio.

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