Durango, un nuevo y diferente diner americano en Barcelona

Sitio: @durango_diner
Dirección: C/ Aribau, 18 (Barcelona)
Horario: Martes de 19 a 24 h. Miércoles y jueves de 10 a 24 h. Viernes y sábados de 10 a 2:30 h. Domingo de 10 a 17 h.

De nuestra última visita a Barcelona, nuestra ciudad, nos trajimos unos cuantos nuevos descubrimientos gastronómicos. Una de ellos es Durango Diner – su nombre proviene de una canción de Bob Dylan, ‘Romance in Durango’, y curiosamente el álbum de esa canción fue creado en México, en el desierto de Durango -. Un nuevo restaurante ubicado en L’Eixample Dreta y que, entre otras cosas, destaca por su delicioso bocadillo de ostras, sus cocktails, su llamativa estética y por estar abierto hasta casi las dos de la mañana, los viernes y los sábados.

Nada más cruzar su umbral os daréis cuenta del rollo que llevan. Y es que el Oeste americano es su pasión, y su forma de reinterpretarlo con elementos pop y una puesta en escena más contemporánea es genial.

Quien está detrás de este proyecto es Majid junto a su hermano, Mani, quienes también regentan otro de nuestro favoritos: Baby Jalebi, un pequeño restaurante especializado en cocina street food hindú. Una de sus pasiones es el lejano Oeste y de ahí que cuando se planteó montar un nuevo negocio, inmediatamente tuviese claro que la temática iba a ser un mix entre la estética de Orville Peck y la de Tarantino, junto con ciertos elementos clásicos.

“En Durango puedes desayunar, comer y cenar.”

La carta de Durango

Es muy variada y de ella destacan el pollo frito con waffles; el BLT, que es el equivalente a bacon, lechuga y tomate; el Burger & Lobster, que es una hamburguesa de vacuno acompañada de una langosta, patatas fritas y coleslaw; el bocadillo de tomates verdes fritos con queso escamorzza; los tacos de carne picada seca con huevo y frijoles aka «el atropellado»; los tacos de magret de pato con salsa Durango (reducción de bourbon y un toque picante); los huevos fritos de Calaf con langosta y patatas paja; el hot dog de cocodrilo o uno de sus platos estrella que es un po’ boy de ostras fritas, muy típico de Nueva Orleans, y que está riquísimo.

En cuanto a «the sweetest thing»: american pie, cheesecake o el xuxo, que es un donut frito y relleno de crema. Además tienen café de especialidad de Hidden y otras ricuras sin alcohol.

Un interiorismo muy instagrameable

Como os decíamos al inicio, el interiorismo del Durango impacta. Tanto por sus colores, sus diferentes salas, el caballito como por el look de los camareros y bartenders. Los responsables de dotarle de esta personalidad tan magnética al local y a su logotipo han sido el propio MajidJoão Alves, de Momento Agency. Asimismo, y para otorgarle esa contemporaneidad, han apostado por contar con arte de artistas como David Octane o Mark Maggiori. De hecho, en la entrada hay un retrato de Lil Nas X.

Aunque Durango está repleto detalles, que a primera vista pueden pasar desapercibidos, hay uno, el caballito mecánico, que es inolvidable. Está ubicado al final del pasillo principal y bajo una bola de discoteca. Suele compartir protagonismos con los DJs que suelen pinchar y la verdad es que es raro irte sin haberle sacado una instantánea.

A la izquierda se encuentra una sala rosa de estética setentera compuesta por una mesa de espejo y paredes decoradas con un estampado de nubes; y el remate lo protagoniza el baño. No os adelantamos nada para que lo descubráis vosotros mismos.

Cocktails de autor y buena música

Mani es bartender y el artífice de los cocktails en Durango y el curador de la gastronomía líquida de este interesante restaurante. Lo mejor es que os dejéis asesorar por él.

Ostras, pop-ups, DJ’s….

En Durango quieren que pasen cosas, y por el momento lo prometido es deuda. Todos los martes, las ostras y el champán invaden el local y prácticamente todas las semanas sorprenden con nuevas ideas. Nosotros disfrutamos de uno de ellos que se centró en sidras y vinilos, pero su abanico de propuestas es extenso. Seguidles en instagram para estar al día de todos sus planes.

Sin más, y como os solemos decir siempre: lo mejor es que vayáis, les probéis y os dejéis llevar por la magia de Durango.

(*) Fotos: Omar Alayon.


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